Martes 28 de Marzo de 2017. San Octavio Juan 5. 1-3ª 5-18. Algún tiempo después, los judíos celebraban una fiesta, y Jesús volvió a Jerusalén. En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betzatá. Tiene cinco pórticos, en los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en el suelo. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó: —¿Quieres recobrar la salud? El enfermo le contestó:—Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero. Jesús le dijo: —Levántate, alza tu camilla y anda. En aquel momento el hombre recobró la salud, alzó su camilla y comenzó a andar. Pero como era sábado, los judíos dijeron al que había sido sanado: —Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla. Aquel hombre les contestó: —El que me devolvió la salud, me dijo: ‘Alza tu camilla y anda.’ Ellos le preguntaron: —¿Quién es el que te dijo: ‘Alza tu camilla y anda’? Pero el hombre no sabía quién lo había sanado, porque Jesús había desaparecido entre la mucha gente que había allí. Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: —Mira, ahora que ya estás sano, no vuelvas a pecar, para que no te pase algo peor. El hombre se fue y comunicó a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud. Por eso los judíos perseguían a Jesús, pues hacía estas cosas en sábado. Pero Jesús les dijo: —Mi Padre siempre ha trabajado, y yo también trabajo. Por esto, los judíos tenían aún más deseos de matarlo, porque no solamente no observaba el mandato sobre el sábado, sino que además se hacía igual a Dios al decir que Dios era su propio Padre. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------- Contemplamos la escena… al hombre enfermo esperando mucho tiempo un milagro… Jesús aparece cualquier día, incluso un sábado… le sana… le libera de su mal… le aconseja que no vuelva a pecar … ¿Algo que ver con alguien que conocemos? ... ¿En qué se puede parecer a algún pasaje de nuestra vida? … Damos gracias hoy al Señor por intervenir en nuestra vida sin que se lo pidamos, independiente de las regulaciones humanas. |