Sábado 16 de Septiembre de 2017. San Cornelio y Cipriano Lucas 6. 43-49 43 No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos
buenos: 44 cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos
de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. 45 El hombre bueno
saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal
de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca. 46 ¿Por qué ustedes me llaman:
"Señor, Señor", y no hacen lo que les digo? 47 Yo les diré
a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las
practica. 48 Se parece a un hombre que, queriendo construir una
casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la
creciente, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no
pudieron derribarla, porque estaba bien construida. 49 En cambio, el
que escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que
construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. Cuando las aguas se precipitaron
contra ella, en seguida se derrumbó, y el desastre que sobrevino a esa casa fue
grande". ¿cuáles son los frutos de nuestra vida? … ¿cómo pueden reconocernos? … ¿qué obras nos reflejan? … ¿cuál es el objetivo de nuestra vida? … ¿sobre qué cimientos está construida? … ¿llevemos a la práctica lo que escuchamos de Jesús? … ¿en qué se nota? |