Domingo 17 de Diciembre de 2017. Tercer Domingo De Adviento. Novena de Navidad 1 Juan 1. 6-8, 19-28 6 Apareció un hombre enviado
por Dios, que se llamaba Juan. 7 Vino
como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 8 Él
no era la luz, sino el testigo de la luz. 19 Este es el testimonio que dio
Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para
preguntarle: "¿Quién eres tú?". 20 Él confesó y no lo ocultó, sino
que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías". 21 "¿Quién eres,
entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo:
"No". "¿Eres el Profeta?". "Tampoco", respondió.
22 Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a
los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?". 23 Y él les dijo:
"Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías". 24 Algunos de los enviados eran fariseos, 25 y
volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el
Mesías, ni Elías, ni el Profeta?". 26 Juan respondió: "Yo bautizo con
agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: 27 él viene
después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia". 28
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba. La misión de Juan Bautista puede tomarse como símbolo de la misión de toda persona cristiana: no suplantar a Jesús, sino gastar la vida en abrirle camino, abriendo camino a su causa, ¡el Reino! ¿Estamos siendo buenos precursores del Reino que Jesús anunció? … ¿Allanamos montes, … rellenaos hondonadas, … abrimos caminos?. … ¿cómo lo hacemos? … ¿de qué forma podemos facilitar que el Evangelio de Jesús llegue a más gente hoy?. |