Martes 19 de junio de 2018. San Romualdo
Mateo 5, 43-48
13 Ustedes son la sal de la
tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no
sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. 14 Ustedes son la luz del mundo. No se puede
ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. 15 Y no se enciende una
lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero
para que ilumine a todos los que están en la casa. 16 Así debe brillar ante los
ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas
obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. 43 Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. 44 Pero yo les digo:
Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; 45 así serán hijos del
Padre que está en el cielo, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos y
hace caer la lluvia sobre justos e injustos.46 Si ustedes aman solamente a
quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
47 Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No
hacen lo mismo los paganos? 48 Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el
Padre que está en el cielo.
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¿Quiénes son nuestros
enemigos? ... Identifiquémoslos ... Traigámoslos a nuestra memoria. … Pronunciemos
en silencio sus nombres … aquellos que nos han hecho daño … los que nos caen
mal... ¿Cuáles son sus carencias? …
¿Cuáles son sus problemas? … ¿Por qué serán así? … ¿Qué le podemos pedir al Señor que haga por
cada uno de ellos? … Conversemos con Dios sobre ellos, pidamos por ellos, por
lo que pueden necesitar … Recemos por nuestros enemigos … es una buena práctica
para comenzar una verdadera reconciliación. |