Martes 18 de Septiembre de 2018.
San José de Cupertino
Lucas 7. 11-17
11 En seguida, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus
discípulos y de una gran multitud. 12 Justamente cuando se acercaba a la puerta
de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha
gente del lugar la acompañaba. 13 Al verla, el Señor se conmovió y le dijo:
"No llores". 14 Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo
llevaban se detuvieron y Jesús dijo: "Joven, yo te lo ordeno,
levántate". 15 El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. 16 Todos
quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: "Un gran
profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo".
17 El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en
toda la región vecina.
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Traigamos a nuestro
corazón las penas que nos angustian hoy. ... Lo que no nos deja tranquilos(as).
Dejemos que el Señor se nos acerque y se compadezca de nuestras penas. ...
Escuchemos su voz que nos dice también: “No llores”. ... Confiemos en el Señor,
... le presentamos nuestras angustias y nos dejamos consolar por El. ... Dejemos
que su paz invada nuestro corazón angustiado ... Y así, abriéndonos a El podemos dejar que
actúe en nuestra vida … Algo en nuestra vida puede renacer … Para la viuda de
Naím era su hijo lo que necesitaba … para nosotros … ¿qué sería maravilloso que
cambiara? … ¿Qué se solucionara? … ¿Qué sanara? …. Gracias Señor |