Martes 4 de diciembre de 2018.
Juan Damasceno
Lucas 10. 21-24
21 En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo,
y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber
ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los
pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. 22 Todo me ha sido dado por mi
Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es
el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". 23
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos:
"¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! 24 ¡Les aseguro que muchos
profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que
ustedes oyen y no lo oyeron!".
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Alabemos también hoy al Padre por habernos mostrado a
su Hijo … por habernos regalado el don de la fe … por llamarnos a ser sus
apóstoles, … por confiar en nosotros … por sentir su amor infinito, … por querer
nuestra felicidad … Meditemos hoy cada uno de estos temas y como son parte de
nuestra vida diaria: la fe … nuestro discipulado ... .su confianza … su amor …
su anhelo de nuestra felicidad … Conversemos con el Padre en torno a esto, con
María, con Jesús, … lo que sentimos hoy … conversemos con ellos como lo hacemos
con un amigo, sencillamente, humildemente, em confianza. … Gracias Señor. |