Domingo 30 de junio de 2019. Décimo
Tercer domingo del tiempo ordinario.
Lucas 9, 51-62
51 Cuando estaba por cumplirse el
tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia
Jerusalén 52 y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un
pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. 53 Pero no lo recibieron porque
se dirigía a Jerusalén. 54 Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto,
le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?". 55 Pero él se dio
vuelta y los reprendió. 56 Y se fueron a otro pueblo. 57 Mientras iban caminando, alguien le dijo a
Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!". 58 Jesús le respondió: "Los
zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del
hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". 59 Y dijo a otro:
"Sígueme". Él respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar
a mi padre". 60 Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos
entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios". 61 Otro le
dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los
míos". 62 Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y
mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
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Recuerdo los momentos
en que he querido castigar a otros. ... Especialmente cuando me ha parecido
justo el castigo. ... ¿qué habría dicho Jesús en esos momentos? ... ¿qué me
faltó en esos momentos? ... Converso con Jesús y le presento mis momentos de
mayor debilidad ... de mayor falta de amor.
...Jesús me dice ahora a mi. “ven, sígueme, vamos a anunciar el Reino de
Dios” ...¿Qué excusas le presento? ...
¿Cuáles son mis prioridades? … Jesús me invita a vivir en su amor ... a un
estilo de vida que haga verdad el Reino …
¿qué me falta? ... ¿a qué me
cuesta renunciar? ... ¿cuáles son mis
afectos, mis apegos que me impiden vivir más cristianamente? ... ¿qué hacer? |