Jueves 20 de enero de 2022. San Sebastián

Marcos 3. 7-12.

«Tú eres el Hijo de Dios»

7 Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea. 8 Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. 9 Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. 10 Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo. 11 Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". 12 Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.

Reflexión.

Contemplemos la escena … Jesús sanando … Mucha gente acudiendo a El para ser sanado. … Metámonos en la multitud y acerquémonos también con fe. … Conversemos con Jesús sobre nuestra vida. … ¿Qué dolencia le contamos? … ¿Qué nos gustaría que nos sanara? … Esa pena … esa situación … esa historia que no nos deja estar en paz … se la contamos en la intimidad de nuestra oración. … Jesús la sanará. El nos quiere felices, nos quiere en paz, porque nos ama. También nos pide que lo guardemos en secreto. ¿Qué sentimos? … Le ofrecemos nuestra sanación al Señor. … ¡¡Gracias Señor!!

Coloquio.

Aquí estamos, Señor, siguiéndote, junto a muchos. Con nuestras carencias, con nuestras enfermedades, nuestras miserias, nuestras tristezas, nuestras desolaciones. Tú las conoces, tú lo sabes todo. Aquí estamos, frágiles, vulnerables, solos no podemos. Te necesitamos, para que nos puedas curar, nos puedas animar, nos puedas dar fuerzas para salir adelante. Ayúdanos, Señor, contigo podemos. En ti confiamos, nos ponemos a tu amparo. Contigo, la alegría y la esperanza renacen en nuestras vidas. Gracias Señor.