La invitación es a tener un encuentro personal diario donde te sea más propicio para que en un momento de meditación personal te centres en el evangelio del día, lo medites, lo ores, para lo que se suministran preguntas personales que pueden apoyar tu oración.
Pasos de la oración cotidiana:
Elige un lugar y un espacio físico donde puedas hacer tu oración con tranquilidad.
Haz un momento de silencio y de relajación.
Saluda con algún signo (Persignarse, reverencia, etc). El lugar donde estás es sagrado, pues aquí tendrás un encuentro con Jesús.
Lee la lectura del día identificando los verbos y si algo te llama particularmente la atención, detente.
Lee las preguntas para la reflexión e intenta contestarlas según te corresponda
Identifica qué buena noticia te ha traído y a qué acción te invita.
Da gracias, pide perdón, pide ayuda según sientas
Despídete con un Padre Nuestro, Alma de Cristo o lo que te sea más íntimo.