Martes 7 de enero de 2025. San Raimundo de Peñafort
Martes 7 de enero de 2025. San Raimundo de Peñafort
Marcos 6. 34-44
Él respondió: "Denles de comer ustedes mismos".
34 Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato. 35 Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde. 36 Despide a la gente, para que vaya a los campos y pueblos cercanos a comprar algo para comer". 37 Él respondió: "Denles de comer ustedes mismos". Ellos le dijeron: "Habría que comprar pan por valor de doscientos denarios para dar de comer a todos". 38 Jesús preguntó: "¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver". Después de averiguarlo, dijeron: "Cinco panes y dos pescados".
39 Él les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde, 40 y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta. 41 Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente. 42 Todos comieron hasta saciarse, 43 y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. 44 Los que comieron eran cinco mil hombres.
Reflexión.
Observemos nuestro entorno… ¿Quiénes nos rodean y andan pidiendo guía, … quiénes necesitan de nosotros ayuda y andan como ovejas sin pastor? … ¿qué podemos compartir con ellos? Probablemente para nosotros sea algo insignificante, pero Jesús puede multiplicar lo que nosotros queramos compartir. … ¿Qué podrán ser nuestros cinco panes y dos peces? … ¿Nuestro tiempo? … ¿Algo material? … ¿Nuestro cariño?
Coloquio.
Señor, en este tiempo son muchos los que se encuentran desorientados, angustiados y desolados. Tu palabra, tu enseñanza, son una luz de esperanza entre tanto dolor y carencia. ¿Cómo ayudarles? Tu nos pides que seamos nosotros los que les demos lo que necesitan. ¿Cómo hacerlo? Lo que tenemos parece insignificante para tanta necesidad. Buscamos entre todos y lo que hay te lo traemos. Una vez bendecidos, los panes y los peces abundan. Y queda la tarea de repartirlos. Toma, Señor y bendice nuestro tiempo, nuestra capacidad de amar y perdonar, nuestra sensibilidad. Bendice nuestros bienes materiales y espirituales para que se multipliquen y les alegren la vida a muchos, para que renazca la esperanza y la fe. Para que todos se alimenten de tu proyecto, para que en este, tu reino, respiremos fraternidad y solidaridad, que todos podamos alimentarnos hasta saciarnos de tu amor entregado por nosotros. Y que sea tanto, que rebalse, que sobreabunde, que no vuelva a faltar. Amén.