Reflexión.

La lámpara que no se oculta podría ser nuestra fe. …Recordemos nuestra historia con Dios.  ... ¿Cuándo despertó en nosotros la fe? ... Recordemos esos momentos en que descubrimos el amor de Dios ... ¿Qué hemos hecho para dar testimonio del amor de Dios con nosotros? ... ¿Nos cuesta contarle a otros cuanto le amamos y cuanto nos ama El?  ... ¿qué hacer al respecto?

Coloquio.

Gracias Señor, por regalarnos nuestra fe. Ha sido gracia. Un regalo tuyo.  Con esa fe nuestra vida es más tranquila y esperanzada. Con esa fe no tenemos miedo ni angustias.  Gracias a la fe recibida vivimos plenamente. Es nuestra lámpara que ilumina nuestro camino hacia la eternidad. Ayúdanos, Señor, a dar testimonio, a comunicar nuestra fe para que también otros la reciban y también les ayude a vivir más felices. Ayúdanos a tener conciencia que nuestros éxitos están relacionados con nuestra fe, ayúdanos a creer en ello y así avanzar contigo siempre. Amén