Reflexión.

Un mandamiento nuevo … ¿Cómo vivo este mandamiento? … ¿Vivo esperando que me amen o más bien amo yo primero, incondicionalmente? … ¿En quienes pongo mis afectos, mi cariño, mi amor? … ¿A quiénes me cuesta amar más?

Coloquio.

Señor Jesús, nos amas hasta el extremo. Nos amas tanto que das tu vida por nosotros. Tú, el glorificado por el Padre nos demuestras como se debe amar. Nos pides que nos amemos los unos a los otros. Nos mandas a desear el bien a todos. Tu mandamiento es que siempre velemos por nuestros hermanos y hermanas, que nos amemos los unos a los otros y que de esa forma el resto reconocerá que somos seguidores de tu Evangelio, que somos parte de tu proyecto. Ayúdanos, Señor a no defraudarte en ello, a que nunca olvidemos que ese es el centro desde donde brotan todos los otros valores y virtudes que anhelas de nosotros. Del amor brota el perdón, el servicio, la solidaridad, la fraternidad y todo aquello que es característico del reino de Dios que queremos seguir construyendo en nuestra sociedad. Contigo será posible. Gracias. Señor. Amén

(Reflexiones obtenidas con ayuda de aplicaciones de inteligencia artificial)