Lunes 7 de abril de 2025. San Juan Bautista de la Salle
Juan 8,12-20
Yo soy la luz del mundo
Lunes 7 de abril de 2025. San Juan Bautista de la Salle
Juan 8,12-20
Yo soy la luz del mundo
12 Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo: "Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida". 13 Los fariseos le dijeron: "Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale". 14 Jesús les respondió: "Aunque yo doy testimonio de mí, mi testimonio vale porque sé de dónde vine y a dónde voy; pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. 15 Ustedes juzgan según la carne; yo no juzgo a nadie, 16 y si lo hago, mi juicio vale porque no soy yo solo el que juzga, sino yo y el Padre que me envió. 17 En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. 18 Yo doy testimonio de mí mismo, y también el Padre que me envió da testimonio de mí". 19 Ellos le preguntaron: "¿Dónde está tu Padre?". Jesús respondió: "Ustedes no me conocen ni a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre". 20 Él pronunció estas palabras en la sala del Tesoro, cuando enseñaba en el Templo. Y nadie lo detuvo, porque aún no había llegado su hora.
Reflexión.
Jesús dice que El es la luz del mundo … Meditemos sobre aquellos aspectos de nuestra vida que no están claros … aquellos en que nos sentimos confundidos(as) … lo que no entendemos … lo que nos enreda … ¿qué haría Cristo en nuestro lugar? … ¿Qué textos del evangelio llegan más a nuestro corazón? … ¿qué nos dice Jesús para iluminar esas partes oscuras de nuestra existencia? … Nuestra relación con otros … donde no nos comprenden … donde no sentimos apoyo … Le pedimos hoy a Jesús que ilumine nuestra vida … Gracias, Señor
Coloquio.
Gracias, Señor Jesús por disipar nuestras tinieblas. Gracias porque siendo la luz del mundo iluminas nuestras oscuridades venciendo los rencores, las envidias y los egoísmos que oscurecen nuestros corazones. Gracias por regalarnos la paz, la misericordia y la solidaridad que nos comunicas desde el Padre que te envió. Nosotros te reconocemos y contigo al Padre que te envió. Gracias, Jesús por enviarnos en el amor y el perdón a vivir comunitariamente, sirviendo a nuestros hermanos y hermanas que Tu y el Padre tanto aman. Gracias, Señor.
(Reflexiones obtenidas con ayuda de aplicaciones de inteligencia artificial)