Domingo 5 de octubre de 2025. 27° del Tiempo Ordinario.
San Froilán y Santa Flor
Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo
Lucas 17,3b-10
Domingo 5 de octubre de 2025. 27° del Tiempo Ordinario.
San Froilán y Santa Flor
Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo
Lucas 17,3b-10
Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. 4 Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: “Me arrepiento”, perdónalo». 5 Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». 6 Él respondió: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, ella les obedecería. 7 Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: “Ven pronto y siéntate a la mesa”? 8 ¿No le dirá más bien: “Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después”? 9 ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”».
Reflexión.
Recordemos cuando hemos sido ofendidos, cuando alguien nos ha causado daño. Si se lo hemos hecho notar, ¿se ha arrepentido? … ¿Le hemos podido perdonar? … Y cuando ha sido reiterada su falta y todas las veces nos pide perdón ¿no nos ha ocurrido que ya desborda nuestra capacidad de perdonar?. Jesús nos advierte que, si siete veces vuelve arrepentido, hemos de perdonarlo las siete veces. O sea, siempre. Los apóstoles reconocen que para ello es necesaria mucha fe y piden que les aumente la fe. Igualmente nosotros necesitamos siempre que Jesús nos aumente la fe. Al mismo tiempo Jesús nos señala la parábola del sirviente para enseñarnos que cumplir con lo que Dios nos pide es algo natural. Es el desde en nuestra vida de servicio, de amor y perdón. Hemos de hacerlo simplemente porque Dios nos lo pide. ¿Nos ha ocurrido que le pedimos a Dios que nos reconozca nuestras buenas acciones? ... ¿No es natural que si nos sentimos “cristianos” hemos de llevar a cabo nuestra vida como Cristo nos enseña? Lo hacemos por estilo de vida, no buscando recompensa
Coloquio.
Señor, ayúdanos a sentir internamente que el perdón no es algo esporádico, sino igual que tu, siempre. Que nuestra vida esté marcada por tu amor que nosotros lo pongamos en practica con nuestros hermanos y con ello seamos capaces de perdonarles todas las veces que sea necesario, simplemente porque los amamos. Para lograrlo necesitamos aumentar nuestra fe, igual que tus apóstoles. Te pedimos lo mismo hoy con nosotros: ayúdanos a tener más fe, porque así nuestra vida estará iluminada por el Evangelio y estaremos al servicio del Reino, orgullosos de ser tus seguidores, sin que ello implique un reconocimiento especial. Contigo, podemos lograrlo. Gracias, Señor
(Reflexiones obtenidas con ayuda de aplicaciones de inteligencia artificial)