Reflexión.

Revisemos con calma este discurso de Jesús. … “quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna” … “el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado a su Hijo todo el poder de juzgar.”   …   “mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.” … ” El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre, que lo ha enviado.” ¿Cuál es el tema central? … ¿Qué es lo más importante que se revela en el texto? … Revisamos nuestra fe en Jesús y en el Padre. …  ¿Cuál es la relación entre Jesús y el Padre?  … ¿Qué nos propone Jesús que hagamos en cuanto a nuestra relación con El? …¿Porqué? Meditemos sobre todo esto y propongámonos reforzar o cambiar nuestra actitud ante el Padre y ante el Hijo.

Coloquio.

Jesús, tu curabas enfermos, incluso en sábado. Tanto tú como el Padre trabajan siempre por el bien de todos nosotros. No descansan en privilegiar la vida plena, el bien de todos. En tiempos que vivimos tantas crisis simultáneas, tu evangelio nos ilumina para discernir nuestras decisiones. Ayúdanos a siempre anteponer tus valores para decidir nuestras acciones. Que siempre privilegiemos el amor, la solidaridad, la misericordia y el servicio entre nosotros. Pilares fundamentales para honrar en nuestra vida a Jesús y al Padre Dios. Por defender la vida las autoridades judías te persiguieron, Jesús, para darte muerte. Que este recorrido cuaresmal que nos conduce a la semana santa, que culminará con la victoria sobre la muerte, sea para nosotros, un camino de fe y conversión. Una voz que anuncie la resurrección para la vida a todos los que hoy se sienten angustiados, deprimidos o desolados. Que el Espíritu Santo nos ilumine es esta misión de llevar a cabo la voluntad del padre en nuestro mundo. Que, con ello, vivamos más felices y en paz. Amén