Domingo 17 de noviembre de 2024. 33° del Tiempo Ordinario Santa Isabel de Hungría
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Marcos 13,24-32
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán
24 En ese tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, 25 las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. 26 Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. 27 Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte.28 Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. 29 Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. 30 Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 32 En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre
Reflexión.
Jesús anuncia que El volverá con gran poder y gloria y reunirá a los elegidos desde todos los puntos cardinales. Ese momento maravilloso llegará y será después de las angustias. Le pedimos al Señor estar atento a los signos que anuncian su venida gloriosa. … ¿No ocurre a cada rato? ...¿Cada vez que lo sentimos cerca no es el fin de un período crítico? ... ¿Cómo sentimos que su promesa de estar junto a nosotros se cumple en nuestra vida?
Coloquio.
Señor Jesús, Hoy te presentamos nuestros miedos y nuestras incertidumbres. En este mundo en cambio constante, enséñanos a confiar en tu amor eterno. Danos la gracia de vivir vigilantes y atentos a tu presencia. Que nuestra vida sea un testimonio de esperanza para los demás, y que nunca nos apartemos de tu camino. Ayúdanos a comprender que, aunque no sepamos el día ni la hora de tu regreso, podemos encontrarte en cada momento, en cada rostro y en cada experiencia. Danos un corazón vigilante y una fe profunda, para esperar con esperanza, vivir con amor, y servir con alegría. Haznos atentos a las señales de tu presencia y danos la fortaleza de perseverar, confiados en que tú siempre cumples tus promesas. Amén.