Reflexión.

Recordemos los momentos de mayor intimidad con el Señor ... Ese retiro ... esa oración  ... ese paisaje ... ¿qué sentía?  ... ¿no eran momentos de fiesta espiritual? …Pensemos en lo que el Señor nos pide … los cambios en nuestra vida ... En aquellas cosas que debemos y queremos cambiar ... ¿cómo es ese cambio? ... Un cambio parcial sería como un parche al vestido viejo.  Ayúdanos a cambios radicales, Señor.  A tener vinos nuevos y envases nuevos.  .... A renacer a vida nueva ...  ¿Cuál es ese cambio?  .. ¿Qué podremos cambiar en nuestra forma de vivir?  ...Gracias, Señor

Coloquio.

Señor Jesús, Nos acercamos a Ti como comunidad, reconociendo Tu presencia entre nosotros. Sabemos que, como amigos del esposo, estamos llamados a celebrar y a vivir en la alegría de Tu compañía. Sin embargo, también entendemos que habrá momentos de prueba y ausencia, en los cuales necesitaremos ayunar y orar con mayor fervor.

Te pedimos, Señor, que nos ayudes a discernir los tiempos y las estaciones de nuestra vida espiritual. Danos la sabiduría para saber cuándo es momento de celebrar y cuándo es momento de ayunar. Que podamos siempre estar abiertos a Tu guía y a Tu voluntad.

Jesús, Tú nos enseñas que no podemos remendar lo viejo con lo nuevo sin causar daño. Ayúdanos a ser odres nuevos, capaces de recibir el vino nuevo de Tu Espíritu. Transforma nuestros corazones y nuestras mentes para que podamos ser renovados en Ti, dejando atrás lo viejo y abrazando la novedad de vida que nos ofreces.

Te pedimos que nos des la gracia de apreciar el vino añejo de nuestras tradiciones y experiencias, pero también la apertura para recibir el vino nuevo de Tu Espíritu, que nos llama a una vida de constante renovación y crecimiento en la fe.

Que nuestra comunidad sea un reflejo de Tu amor y Tu misericordia, siempre dispuesta a ser transformada por Tu presencia viva entre nosotros.   Amén.