Salmo 145(144), 10-13, 17-18
"Alabanza al Reino Eterno del Señor Justo y Cercano"
“10 Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; 11 que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. 12 Así manifestarán a los hombres tus proezas y el esplendor glorioso de tu reino: 13 Tu reino es un reino eterno y tu dominio permanece para siempre... 17 El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras. 18 El Señor está cerca de los que lo invocan, de todos los que lo invocan con sinceridad.”
Contexto
El Salmo 145 es un himno de alabanza que exalta la grandeza y, sobre todo, la bondad de Dios como Rey universal. Es un salmo acróstico, lo que sugiere una alabanza completa y ordenada. Los versículos seleccionados se centran en la respuesta de la creación y de los fieles al reinado de Dios, en la naturaleza eterna y gloriosa de este Reino, y en el carácter justo y cercano de Dios, el Rey.
Tema Central
El tema central es la proclamación del Reino de Dios, que es a la vez glorioso y eterno, y justo y cercano. Se invita a los "fieles" a ser los portavoces de este Reino, anunciando su gloria y su poder al mundo. La confianza en este Rey se fundamenta en su carácter: es justo y bondadoso en todo lo que hace, y está especialmente cerca de aquellos que lo invocan con un corazón sincero.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos ofrece una visión completa del Reino de Dios y de nuestra relación con Él como nuestro Rey:
La Misión de los Fieles: Anunciar el Reino: "Que tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder...". No somos solo súbditos pasivos del Reino; somos sus embajadores. Tenemos la misión de "anunciar", "proclamar", "manifestar" a los demás la belleza ("esplendor glorioso") y la fuerza ("proezas") del Reino de Dios. Nuestro testimonio es fundamental.
Un Reino Eterno en un Mundo Efímero: "Tu reino es un reino eterno y tu dominio permanece para siempre". En un mundo donde los poderes políticos, económicos y culturales son inestables y pasajeros, la fe nos ancla en una realidad que no cambia: el Reino de Dios. Esta certeza nos da una perspectiva de esperanza y una libertad interior frente a las crisis del mundo.
El Carácter del Rey: Justo y Bondadoso: "El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras". El Rey al que servimos no es un tirano. Su gobierno se caracteriza por la justicia perfecta y una bondad (jesed, amor fiel) que impregna todo lo que hace. Podemos confiar plenamente en sus "caminos" y en sus "obras", sabiendo que siempre son justos y buenos, aunque no siempre los comprendamos.
La Cercanía del Rey: "El Señor está cerca de los que lo invocan, de todos los que lo invocan con sinceridad". Este es uno de los versículos más consoladores de los Salmos. El Rey eterno y glorioso no es un monarca distante e inaccesible. Está "cerca" de nosotros. Y la condición para experimentar esta cercanía es la oración sincera, la "invocación con sinceridad". La autenticidad del corazón es la que nos abre a la intimidad con Dios.
Este pasaje es una invitación a vivir como ciudadanos del Reino de Dios. Nos llama a una vida de alabanza que se convierte en misión, a una confianza serena en la eternidad y la justicia de su gobierno, y a una relación personal y sincera con nuestro Rey, que, a pesar de su inmensa gloria, se hace cercano a todo el que lo busca de corazón.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera estoy yo "anunciando la gloria del reino" de Dios y "proclamando su poder" en mi vida diaria, a través de mis palabras y mis obras?
¿Cómo me ayuda la certeza de que el Reino de Dios es "eterno" a relativizar las preocupaciones y los poderes pasajeros de este mundo?
¿Confío en que "el Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras", especialmente cuando me enfrento a situaciones que no entiendo o que me parecen injustas?
¿Qué significa para mí que "el Señor está cerca de los que lo invocan con sinceridad"? ¿Mi oración es sincera y busca esa cercanía?
¿Cómo puedo yo hoy vivir más conscientemente como un "fiel" que "bendice" al Señor y manifiesta a otros el "esplendor glorioso de su reino"?
Oración
Señor, mi Dios y mi Rey, que todas tus obras te den gracias y que nosotros, tus fieles, te bendigamos. Danos la gracia de anunciar la gloria de tu Reino y de proclamar tu poder. Confiamos en que tu Reino es eterno y tu dominio no tiene fin. Te alabamos porque eres justo en todos tus caminos y bondadoso en todas tus obras. Acércate a nosotros, que te invocamos con sinceridad, y llénanos con la esplendorosa gloria de tu Reino. Amén.