Efesios 1,17-23
"Oración por Sabiduría y Revelación para Conocer la Esperanza, la Herencia y el Poder de Dios en Cristo"
“17 y pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. 18 Pido que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan comprender cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa es la herencia que Dios reserva a sus santos, 19 y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, por la eficacia de su fuerza poderosa. 20 Es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, 21 elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otro nombre que se pueda mencionar, tanto en este mundo como en el venidero. 22 Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, 23 que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente todas las cosas.”
Contexto
Este pasaje forma parte de la carta de San Pablo a los Efesios. Se encuentra en la primera sección de la carta, que es una larga oración de alabanza y acción de gracias por el plan salvador de Dios en Cristo (Efesios 1,3-14). Inmediatamente después de esta alabanza, Pablo introduce una oración de intercesión por los creyentes efesios (y por extensión, por todos los creyentes). Les ha hablado de las bendiciones espirituales que ya han recibido en Cristo, y ahora ora para que puedan comprender más profundamente la magnitud de estas bendiciones y el poder de Dios que actúa en ellos.
Tema Central
El tema central es la oración de Pablo para que los creyentes reciban de Dios un "espíritu de sabiduría y de revelación" que les permita conocer verdaderamente a Dios y comprender tres realidades fundamentales: la esperanza a la que han sido llamados, la riqueza de la herencia que les espera, y la inmensa grandeza del poder de Dios que actúa en ellos. Este poder es el mismo que resucitó a Cristo, lo exaltó sobre toda creación y lo constituyó Cabeza de la Iglesia, su Cuerpo.
Aplicación a nuestra actualidad
La oración de Pablo por los efesios es un modelo de oración para nosotros mismos y para los demás. Nos enseña a pedir los dones espirituales más importantes:
Conocimiento Verdadero de Dios: Pablo pide "un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente". No se trata de un conocimiento meramente intelectual, sino de una experiencia profunda y personal de Dios. Este conocimiento es un don que debemos pedir constantemente para que nuestra fe no sea superficial.
Comprender la Esperanza del Llamado: "Para que ustedes puedan comprender cuál es la esperanza a la que han sido llamados". Como cristianos, hemos sido llamados a una esperanza gloriosa: la vida eterna, la comunión con Dios, la transformación en Cristo. A menudo, las preocupaciones del día a día pueden opacar esta esperanza. Necesitamos que Dios ilumine nuestros corazones para vivir con la alegría y la perspectiva que da esta esperanza.
Valorar la Herencia Gloriosa: "Cuán gloriosa es la herencia que Dios reserva a sus santos". Somos herederos de las promesas de Dios, coherederos con Cristo. Esta herencia incluye las riquezas de su gracia, su amor, su presencia y la gloria futura. Pedir comprender esto nos ayuda a valorar los tesoros espirituales por encima de los materiales.
Experimentar el Poder de Dios en Nosotros: "Cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos". Este no es un poder ordinario, sino el mismo poder "que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha". ¡Ese mismo poder resucitador y exaltador actúa en los creyentes! Nos capacita para vencer el pecado, para vivir una vida nueva, para ser testigos. A menudo subestimamos este poder disponible para nosotros.
Cristo, Cabeza Exaltada de la Iglesia: La exaltación de Cristo sobre todo poder y su constitución como Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y su Plenitud, nos da una inmensa seguridad y un sentido de identidad. Pertenecemos a Aquel que lo llena todo y que ha vencido. La Iglesia, a pesar de sus debilidades humanas, es el Cuerpo de este Señor glorificado.
Esta oración nos invita a buscar una comprensión más profunda de las realidades espirituales que fundamentan nuestra fe. No podemos alcanzar este conocimiento por nosotros mismos; es un don de Dios que debemos pedir con humildad y perseverancia, para que nuestros corazones sean iluminados y vivamos plenamente la esperanza, la herencia y el poder que se nos han dado en Cristo.
Preguntas para la reflexión
¿Con qué frecuencia pido en mi oración un "espíritu de sabiduría y revelación" para conocer más verdaderamente a Dios, en lugar de pedir solo cosas materiales o soluciones a problemas?
¿Qué tan viva está en mí la "esperanza a la que he sido llamado"? ¿Cómo influye esta esperanza en mis decisiones y en mi forma de enfrentar las dificultades?
¿Valoro la "herencia gloriosa" que tengo en Cristo más que las posesiones o los logros terrenales?
¿Soy consciente del "poder extraordinario" de Dios que actúa en mí como creyente, el mismo poder que resucitó a Cristo? ¿Cómo puedo permitir que ese poder se manifieste más en mi vida?
¿Qué significa para mí, en la práctica, que Cristo es la "Cabeza de la Iglesia" y que yo soy parte de su "Cuerpo" y de su "Plenitud"?
Oración
Padre de la gloria, Dios de nuestro Señor Jesucristo, concédenos un espíritu de sabiduría y de revelación para conocerte verdaderamente. Ilumina los ojos de nuestro corazón para que comprendamos la esperanza a la que nos has llamado, la riqueza de la herencia que reservas a tus santos, y la extraordinaria grandeza de tu poder que actúa en nosotros, los que creemos. Que, reconociendo a Cristo exaltado como Cabeza de la Iglesia, vivamos como miembros fieles de su Cuerpo, para tu gloria. Amén.