Fortaleza. ¿De qué se trata?
El Señor viene siempre a sostenernos en nuestra debilidad y esto lo hace con un don especial: el don de la Fortaleza
Hay momentos difíciles y situaciones extremas en las cuales el don de la Fortaleza se manifiesta de modo extraordinario, ejemplar.
Es el caso de aquellos que tienen que afrontar experiencias particularmente duras y dolorosas, que perturban su vida y la de sus seres queridos.
Pensemos en aquellos hombres y en aquellas mujeres que llevan una vida difícil, luchan por llevar adelante la familia, educar a los hijos, pero esto lo hacen porque está el Espíritu de la Fortaleza que los ayuda
¿cómo actúa?
Cuántos hombres y mujeres, de los cuales no conocemos el nombre, honran nuestro pueblo, honran nuestra iglesia porque son fuertes, fuertes en el llevar adelante su vida, su familia, su trabajo, su fe.
Pero estos hermanos y hermanas nuestros son santos, santos cotidianos, santos escondidos, en medio de nosotros.
Tienen precisamente el don de la Fortaleza para llevar adelante su deber de personas, de padres, de madres, de hermanos, de hermanas, de ciudadanos.
¡Agradezcamos al Señor por estos cristianos que tienen una santidad escondida, pero es el Espíritu dentro que los lleva adelante!
Y nos hará bien pensar en esta gente, si ellos hacen esto, si ellos pueden hacerlo ¿por qué yo no? Y pedirle al Señor que nos dé el don de la Fortaleza.
Pidamos el don de Fortaleza
A veces podemos estar tentados de dejarnos vencer por la pereza o peor, por el desaliento, sobre todo de frente a las fatigas y a las pruebas de la vida.
En estos casos, no perdamos el ánimo, invoquemos al Espíritu Santo para que, con el don de la Fortaleza, pueda aliviar nuestro corazón y comunicar nueva fuerza y entusiasmo a nuestra vida y a nuestro seguimiento de Jesús
Reflexión
Recordemos aquellos momentos angustiantes en que inexplicablemente salimos adelante impulsados por el espíritu, cuando resurgen las esperanzas, cuando las ganas de vivir vuelven a nuestro interior. Dios es vida y nos regala la fuerza para vivirla en plenitud
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¿Cuándo recuerdo haber vivido situaciones complejas, superadas por la fortaleza?
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Recorro la vida de personas conocidas que salen adelante ante los problemas de un modo inexplicable. Ayudadas por Dios
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Por ambas situaciones doy gracias al Señor
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Recordemos también aquellos momentos en que nos faltan las fuerzas, en que queremos solucionar las cosas solos. Cuando nos endiosamos y finalmente terminamos por comprender que nuestra fragilidad, nuestra humanidad necesita de este don maravilloso que es la fortaleza del Señor
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