Salmo 116(115),10-11.15-18 .
"Creí, y por Eso Hablé: Cumplir las Promesas al Señor"
“10 Yo tenía confianza, aun cuando dije: «¡Qué desgraciado soy!». 11 Yo, que en mi turbación llegué a decir: «Todos los hombres son mentirosos»... 15 ¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! 16 ¡Ah, Señor, yo soy tu servidor, tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas! 17 Te ofreceré un sacrificio de alabanza e invocaré el nombre del Señor. 18 Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo.”
Contexto
El Salmo 116 (en su conjunto) es un salmo de acción de gracias individual. El salmista ha pasado por una experiencia de angustia extrema, cercana a la muerte ("los lazos de la muerte me envolvieron", v. 3, no incluido en esta selección), y ha clamado al Señor, quien lo ha escuchado y salvado. Estos versículos seleccionados reflejan la fe que sostuvo al salmista incluso en la desesperación, su reconocimiento de la preciosidad de la vida de los fieles a los ojos de Dios, su identidad como siervo del Señor, y su determinación de cumplir sus promesas (votos) a Dios a través de la alabanza y el sacrificio público.
Tema Central
El tema central es la profesión de fe y gratitud del salmista, quien, incluso en medio de la aflicción y la desilusión con los hombres, mantuvo su confianza en Dios. Reconoce el valor que Dios da a la vida de sus fieles ("amigos") y se identifica como un siervo liberado por el Señor. Como respuesta a esta salvación, se compromete a ofrecer un sacrificio de alabanza y a cumplir públicamente los votos hechos a Dios.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos ofrece una guía para los momentos de prueba y una invitación a la gratitud consecuente:
Fe en Medio de la Desgracia: "Yo tenía confianza, aun cuando dije: «¡Qué desgraciado soy!»". Es notable que incluso en el reconocimiento de su miseria y su desilusión con la humanidad ("Todos los hombres son mentirosos"), el salmista no perdió la fe. Esto nos enseña que la fe no es la ausencia de sufrimiento o duda, sino la capacidad de seguir confiando en Dios a pesar de ellos.
El Valor de la Vida de los Fieles para Dios: "¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos!". Esta es una afirmación profundamente consoladora. Dios no es indiferente a la vida y al sufrimiento de aquellos que le son fieles. Él valora a sus "amigos" (sus jasidim, sus leales) y su muerte no le es trivial. Esto nos da una perspectiva del amor y el cuidado de Dios por cada uno de nosotros.
Identidad como Siervo Liberado: "¡Ah, Señor, yo soy tu servidor, tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas!". El salmista se reconoce como siervo de Dios, una identidad heredada y confirmada por la experiencia de liberación. Servir a Dios no es esclavitud, sino la verdadera libertad, porque Él rompe nuestras cadenas (del pecado, del miedo, de la desesperación).
Respuesta de Alabanza y Cumplimiento de Votos: "Te ofreceré un sacrificio de alabanza e invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo". La gratitud por la salvación recibida no se queda en un sentimiento interno; se expresa en acciones concretas:
Sacrificio de alabanza: La alabanza verbal, el canto, la acción de gracias.
Invocar el Nombre del Señor: Continuar la relación de oración y dependencia.
Cumplir los votos: Ser fiel a las promesas hechas a Dios en momentos de necesidad. Esto implica coherencia y compromiso.
Testimonio público: Hacerlo "en presencia de todo su pueblo" es un testimonio que edifica a la comunidad y glorifica a Dios.
Este salmo nos invita a mantener la fe incluso en la turbación, a recordar el valor que tenemos a los ojos de Dios, a vivir nuestra identidad como siervos liberados por Él, y a expresar nuestra gratitud no solo con palabras, sino cumpliendo nuestros compromisos con Dios de manera pública y gozosa.
Preguntas para la reflexión
¿En qué momentos de "desgracia" o "turbación" he logrado mantener mi confianza en Dios, como el salmista? ¿Qué me ayudó a hacerlo?
¿Cómo me consuela o me fortalece la idea de que "es penosa para el Señor la muerte de sus amigos" y que Él valora mi vida?
¿De qué "cadenas" me ha liberado el Señor a lo largo de mi vida? ¿Cómo vivo mi identidad como su "servidor/a" a la luz de esa liberación?
¿Qué "sacrificio de alabanza" puedo ofrecer hoy a Dios? ¿Qué "votos" o promesas he hecho a Dios que necesito recordar y cumplir?
¿Estoy dispuesto/a a dar testimonio de la bondad de Dios "en presencia de todo su pueblo", compartiendo mi gratitud y mi experiencia de su salvación?
Oración
Señor, aun cuando me sienta desgraciado/a y en turbación, ayúdame a mantener mi confianza en Ti. Te agradezco porque valoras la vida de tus amigos y porque has roto mis cadenas, haciéndome tu servidor/a. Quiero ofrecerte un sacrificio de alabanza e invocar siempre tu Nombre. Dame la gracia de cumplir los votos que te he hecho, en presencia de todo tu pueblo, para que todos conozcan tu bondad y tu salvación. Amén.