Salmo 145(144), 2-3, 10-13
"Alabanza Eterna al Reino Glorioso y Misericordioso de Dios"
“2 te bendeciré día tras día y alabaré tu Nombre para siempre. 3 El Señor es grande y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable... 10 Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; 11 que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. 12 Así manifestarán a los hombres tus proezas y el esplendor glorioso de tu reino: 13 tu reino es un reino eterno y tu dominio permanece para siempre.”
Contexto
El Salmo 145, atribuido a David, es un himno de alabanza acróstico, diseñado para ser una alabanza completa y perfecta a la grandeza y bondad de Dios. Es una oración de exaltación que celebra el carácter de Dios y la naturaleza de su Reino. Los versículos seleccionados se centran en el compromiso personal y diario del salmista con la alabanza, la inmensidad de la grandeza de Dios, y la respuesta de toda la creación y de los fieles, que están llamados a proclamar la gloria y la eternidad del Reino de Dios.
Tema Central
El tema central es la alabanza continua a la grandeza insondable de Dios y la proclamación universal de su Reino glorioso y eterno. La alabanza no es solo un acto personal, sino una vocación de todas las obras de Dios y, de manera especial, de sus "fieles", quienes tienen la misión de manifestar al mundo la gloria y el poder de este Reino.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos invita a una vida de alabanza constante y a una profunda toma de conciencia sobre la naturaleza del Reino al que pertenecemos:
Un Compromiso de Alabanza Diaria y Eterna: "Te bendeciré día tras día y alabaré tu Nombre para siempre". La alabanza no es un evento de fin de semana, sino una disciplina diaria, una actitud que debe impregnar toda nuestra vida. Es un compromiso que se proyecta hacia la eternidad. ¿Tengo yo este compromiso de "bendecir" a Dios cada día?
La Grandeza Insondable de Dios: "El Señor es grande y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable". A menudo, intentamos reducir a Dios a nuestras categorías, a hacerlo manejable. El salmista nos recuerda que la grandeza de Dios supera infinitamente nuestra capacidad de comprensión. Esta verdad nos debe llevar a la humildad, al asombro y a una adoración reverente.
La Creación Agradece, los Fieles Bendicen: "Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan". Existe una alabanza inherente en toda la creación, que con su belleza y orden da "gracias" a su Creador. Pero los "fieles", los que tienen una relación consciente con Dios, están llamados a un paso más: a "bendecir", a articular esa alabanza con palabras y con una vida santa. Somos la "voz" de la creación.
La Misión de Proclamar el Reino: "...que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. Así manifestarán a los hombres tus proezas...". La alabanza tiene una dimensión misionera. No es para nuestro propio disfrute, sino para que el mundo conozca la "gloria", el "poder" y las "proezas" de Dios. Nuestro testimonio de vida y nuestras palabras deben ser una ventana a través de la cual otros puedan vislumbrar la belleza y la majestad del Reino de Dios.
Un Reino Eterno en un Mundo Pasajero: "Tu reino es un reino eterno y tu dominio permanece para siempre". En un mundo donde todo es efímero –gobiernos, imperios, modas, la vida misma–, la fe nos ancla en una realidad que no pasa: el Reino de Dios. Pertenecer a este Reino nos da una seguridad y una perspectiva que trascienden las crisis y las incertidumbres de la historia.
Este salmo es una invitación a vivir con una perspectiva "real", es decir, centrada en el Reino de Dios. Nos llama a una vida de alabanza diaria, de asombro ante la grandeza de Dios, de testimonio valiente de su gloria y de confianza serena en la eternidad de su dominio.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera puedo yo hoy "bendecir al Señor" y "alabar su Nombre" de una forma más consciente y constante en mi vida diaria?
¿Me permito asombrarme ante la "grandeza insondable" de Dios, o tiendo a tener una visión demasiado pequeña o familiar de Él?
¿Soy consciente de mi vocación de ser la "voz que bendice" a Dios en nombre de toda la creación que le da gracias silenciosamente?
¿Cómo puedo yo, con mis palabras y mis obras, "anunciar la gloria del reino" de Dios y "manifestar sus proezas" a las personas de mi entorno?
¿De qué manera la certeza de que el Reino de Dios es "eterno" me da esperanza y perspectiva en medio de las realidades pasajeras y a menudo difíciles de este mundo?
Oración
Mi Dios y mi Rey, te exaltaré y bendeciré tu Nombre día tras día y para siempre. Eres grande, Señor, y muy digno de alabanza; tu grandeza es insondable. Que todas tus obras te den gracias y que nosotros, tus fieles, te bendigamos, anunciando la gloria de tu Reino y proclamando tu poder. Que todos los hombres conozcan tus proezas y el esplendor de tu Reino, que es un Reino eterno y un dominio que permanece para siempre. Amén.