Salmo 149, 1-6a. 9b
"Alabanza Gozosa del Pueblo de Dios por su Rey y su Victoria"
“1 ¡Aleluya! Canten al Señor un canto nuevo: resuene su alabanza en la asamblea de los fieles. 2 ¡Alégrese Israel por su Creador y exulten los hijos de Sión por su Rey! 3 ¡Alaben su Nombre con danzas, celébrenlo con el tambor y la cítara! 4 Porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. 5 ¡Que los fieles se alegren por su gloria y canten jubilosos en sus fiestas! 6a ¡Que aclamen a Dios con sus gargantas...! 9b ¡Esta es la gloria de todos sus fieles!”
Contexto
El Salmo 149 es uno de los últimos salmos del Salterio, un grupo conocido como los "Salmos Aleluya" finales (Salmos 146-150), que son himnos de alabanza intensa y gozosa. Este salmo en particular tiene un tono exultante y casi marcial en su segunda parte (no incluida en esta selección, excepto por el final del v.9). Llama al pueblo de Israel, los "fieles" o "santos" (hebreo: jasidim), a una alabanza nueva y jubilosa a Dios, reconociéndolo como su Creador, su Rey y Aquel que les da la victoria, especialmente a los humildes.
Tema Central
El tema central de estos versículos es la invitación entusiasta a los fieles de Israel a alabar a Dios con un "canto nuevo" y con todos los medios expresivos (danza, música, aclamaciones), celebrando su relación especial con Él como Creador y Rey. Esta alabanza brota del amor de Dios por su pueblo y de la victoria y el honor que Él concede a los humildes. La gloria de los fieles reside precisamente en esta alabanza y en la victoria que Dios les otorga.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos contagia con su fervor y nos invita a una alabanza vibrante y comunitaria:
Un "Canto Nuevo" en la Asamblea: "Canten al Señor un canto nuevo: resuene su alabanza en la asamblea de los fieles". La alabanza a Dios debe ser siempre fresca, renovada, no una repetición vacía. Y tiene una dimensión comunitaria esencial: se expresa y se fortalece en la "asamblea de los fieles", nuestra comunidad de fe. ¿Cómo podemos hacer que nuestra alabanza comunitaria sea más viva, más "nueva" y más participativa?
Alegría por Nuestro Creador y Rey: "¡Alégrese Israel por su Creador y exulten los hijos de Sión por su Rey!". Reconocer a Dios como nuestro Creador (fuente de nuestra existencia) y como nuestro Rey (Señor de nuestra vida) es motivo de profunda alegría y exultación. Esta alegría no es superficial, sino que nace de sabernos amados, guiados y pertenecientes a Alguien que nos trasciende y nos da sentido.
Alabanza con Todo el Ser: "¡Alaben su Nombre con danzas, celébrenlo con el tambor y la cítara!... ¡Que aclamen a Dios con sus gargantas!". La alabanza no es solo mental o verbal; involucra todo nuestro ser, nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra creatividad. Nos anima a utilizar todos los medios expresivos a nuestro alcance para glorificar a Dios, superando a veces una excesiva rigidez o formalismo.
El Amor de Dios y la Victoria de los Humildes: "Porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes". Estos son los motivos profundos de la alabanza. El amor incondicional de Dios por nosotros y el hecho de que Él exalta y da la victoria a los que son humildes de corazón, a los que confían en Él más que en sus propias fuerzas. Esto nos da esperanza y nos anima a cultivar la humildad. Para nosotros, la "victoria" suprema es la de Cristo sobre el pecado y la muerte, en la que participamos por la fe.
La Gloria de los Fieles: "¡Que los fieles se alegren por su gloria y canten jubilosos...! ¡Esta es la gloria de todos sus fieles!". La verdadera "gloria" de los creyentes no está en los honores del mundo, sino en pertenecer a Dios, en poder alabarlo, en participar de su victoria y en reflejar su gloria. Nuestra mayor dignidad es ser hijos de Dios y poder celebrar su grandeza.
Este salmo es una invitación a vivir una fe gozosa, expresiva y comunitaria, centrada en la alabanza a Dios por su amor, su realeza y la victoria que nos concede en Cristo, especialmente cuando nos reconocemos humildes y dependientes de Él.
Preguntas para la reflexión
¿Qué "canto nuevo" puedo ofrecer hoy a Dios en mi oración personal y cómo puedo contribuir a que la alabanza en mi "asamblea de fieles" sea más vibrante?
¿De qué manera reconozco y me alegro de que Dios sea mi "Creador" y mi "Rey" en las decisiones y actitudes de mi vida diaria?
¿Me permito alabar a Dios con todo mi ser, incluyendo mis emociones y expresiones corporales (cuando es apropiado), o tiendo a ser muy reservado/a?
¿Cómo he experimentado el amor de Dios y su "victoria" en favor de los "humildes" en mi propia vida o en la de otros? ¿Cómo me motiva esto a la alabanza?
¿En qué consiste para mí la verdadera "gloria" como fiel de Dios, más allá de los reconocimientos del mundo?
Oración
¡Aleluya! Señor, Dios nuestro, queremos cantarte un canto nuevo y que nuestra alabanza resuene en la asamblea de tus fieles. Nos alegramos en Ti, nuestro Creador, y exultamos en Ti, nuestro Rey. Ayúdanos a alabarte con danzas, con música y con nuestras voces, celebrando tu amor por nosotros y la victoria con que adornas a los humildes. Que encontremos nuestra verdadera gloria en alabarte y en pertenecerte, cantando jubilosos en tu presencia. Amén.