Salmo 70,1-4a.5-6ab.15.17
"Plegaria por Auxilio Divino"
1 Dios mío, ven a librarme; Señor, date prisa en socorrerme. 2 Que sean humillados y confundidos los que buscan mi vida. 3 Que retrocedan avergonzados los que se alegran de mi mal; 4a que se vuelvan atrás, cubiertos de vergüenza, los que dicen: "¡Ajá, ajá!" 5 Pero que se alegren y se regocijen en ti todos los que te buscan; 6ab que los que aman tu salvación digan siempre: "¡Dios es grande!" 15 Mis labios anunciarán tu justicia y todo el día tu salvación. 17 Pero yo estoy pobre y afligido; apresúrate a venir a mí, oh Dios. Tú eres mi socorro y mi libertador; Señor, no te demores.
Contexto
El Salmo 70 es una súplica urgente a Dios por ayuda y liberación ante la adversidad y la maldad de los enemigos. Es un clamor que expresa la angustia del salmista y su total dependencia de Dios en momentos de necesidad. Este salmo es casi idéntico al Salmo 40:13-17, lo que sugiere que pudo haber sido adaptado para un propósito o contexto litúrgico diferente. Su brevedad y concisión lo hacen una oración poderosa en situaciones de apremio.
Tema Central
El salmo se centra en la petición de auxilio divino frente a la persecución y la maldad. El salmista busca refugio en Dios, pidiendo su pronta intervención para confundir a los adversarios y traer alegría y salvación a los que confían en Él. Se destaca la contraposición entre el sufrimiento del justo y la maldad de sus perseguidores, así como la certeza de que Dios es el único que puede brindar ayuda y liberación.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos invita a reconocer nuestra vulnerabilidad y nuestra necesidad de la ayuda de Dios en momentos de dificultad. Nos enseña a clamar a Él con urgencia y confianza, sabiendo que Él escucha nuestras oraciones y puede liberarnos de cualquier situación adversa. En un mundo donde a menudo enfrentamos desafíos, injusticias y la hostilidad de quienes se oponen a nuestros valores, el salmo nos anima a no desanimarnos, sino a poner nuestra esperanza en Dios, quien es nuestro refugio y fortaleza. También nos recuerda la importancia de la solidaridad con los que sufren y la alegría que experimentamos al reconocer la grandeza de Dios en nuestras vidas.
Preguntas para la reflexión
¿En qué situaciones de mi vida me siento más vulnerable y necesitado de la ayuda de Dios? ¿Clamo a Dios con la urgencia y la confianza que expresa el salmista? ¿Cómo manejo las situaciones en las que siento que soy perseguido o atacado por otros? ¿Pongo mi esperanza en Dios como mi único refugio y libertador? ¿De qué maneras experimento la alegría y el regocijo que provienen de buscar a Dios y experimentar su salvación? ¿Cómo anuncio la justicia y la salvación de Dios en mi vida diaria?
Oración
Dios mío, ven a librarme; Señor, date prisa en socorrerme. Te pido que me libres de aquellos que buscan mi mal y que confundas a los que se alegran de mi sufrimiento. Que todos los que te buscan se alegren y se regocijen en ti, y que los que aman tu salvación proclamen tu grandeza. Señor, en mi pobreza y aflicción, acudo a ti; apresúrate a venir a mí. Tú eres mi socorro y mi libertador; Señor, no te demores. Amén.