"Nacer del Espíritu y la Mirada que Salva"
«7b» [...] “Ustedes tienen que renacer de lo alto”. «8» El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu». «9» Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede ser eso?». «10» Jesús le respondió: «Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? «11» Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. «12» Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable de las cosas del cielo? «13» Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. «14» De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, «15» para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.»
Contexto
Este pasaje continúa la conversación nocturna entre Jesús y Nicodemo, un importante fariseo. Jesús acaba de insistir en la necesidad de "nacer de nuevo" o "nacer de lo alto" por el Espíritu, comparando su acción misteriosa con el viento. Nicodemo, a pesar de ser un maestro religioso, sigue perplejo ("¿Cómo puede ser eso?"), mostrando la dificultad de la mente humana para comprender las realidades espirituales que Jesús revela. Jesús entonces le reprocha suavemente su falta de comprensión y le da una clave fundamental para entender quién es Él y cómo actúa la salvación, usando la conocida historia de la serpiente de bronce en el desierto.
Tema Central
El tema central es doble. Primero, Jesús subraya la naturaleza misteriosa y espiritual del nuevo nacimiento obrado por el Espíritu, que escapa a la comprensión puramente racional o religiosa tradicional (representada por Nicodemo). Segundo, y como clave para acceder a esta nueva vida, revela la necesidad de su propia exaltación ("ser levantado en alto", refiriéndose a su crucifixión y glorificación) como fuente de salvación para todos los que creen. Así como mirar la serpiente de bronce daba vida física en el desierto, mirar con fe al Hijo del hombre levantado en la cruz da Vida eterna.
Aplicación a nuestra actualidad
Como Nicodemo, a veces nos quedamos perplejos ante los misterios de la fe o la acción del Espíritu. Queremos entenderlo todo con nuestra lógica, pero Jesús nos recuerda que hay realidades ("cosas del cielo") que superan nuestra capacidad y requieren fe. Nos invita a confiar en su testimonio ("hablamos de lo que sabemos"). ¿Estoy abierto/a a aceptar que no todo en la fe se puede explicar racionalmente? ¿Me fío del testimonio de Jesús transmitido por la Iglesia?
La comparación con la serpiente de bronce es crucial para nosotros. Nos dice que el camino a la Vida eterna pasa por mirar con fe a Jesús levantado en la cruz. No es una mirada casual, sino una contemplación que reconoce en esa cruz el acto supremo de amor de Dios y la fuente de nuestra sanación del pecado y la muerte. Cuando nos sentimos "mordidos" por nuestras faltas, sufrimientos o desesperanzas, ¿a dónde dirigimos la mirada? ¿Nos quedamos mirando nuestra herida o levantamos los ojos con fe a Aquel que fue levantado por nosotros? Esa mirada de fe es la que nos conecta con la Vida eterna que Él nos ofrece. ¿Qué sentimientos me genera la idea de que la salvación viene de mirar a Jesús crucificado? ¿Rechazo, gratitud, confianza, misterio?
Preguntas para la reflexión
¿En qué aspectos de mi fe me siento como Nicodemo, queriendo entenderlo todo y luchando con lo que parece ilógico o misterioso? ¿Cómo puedo cultivar una mayor confianza en el testimonio de Jesús?
¿Qué significa concretamente para mí hoy "mirar con fe" a Jesús levantado en la cruz? ¿Cómo puedo hacer esa contemplación en mi oración o en mi vida diaria?
¿Qué "mordeduras" (pecados, heridas, miedos) necesito llevar hoy ante la mirada de Jesús en la cruz para encontrar sanación y vida?
¿Cómo puedo pasar de una fe basada principalmente en "entender" a una fe basada más en "creer" y confiar en Jesús para obtener la Vida eterna?
Oración
Señor Jesús, Hijo del hombre levantado en alto por amor a nosotros. A menudo, como Nicodemo, me cuesta comprender las cosas del Espíritu y busco explicaciones donde solo cabe la fe. Te pido que abras mi corazón para acoger tu testimonio y confiar en tu Palabra. Ayúdame a no apartar la mirada de tu cruz, sino a contemplarte allí con fe, reconociendo en tus heridas la fuente de mi sanación y en tu entrega la puerta a la Vida eterna. Que mi mirada creyente me una cada día más a Ti. Amén.