"Si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados"
21 Les dijo de nuevo: «Yo me voy, y ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir». 22 Entonces los judíos decían: «¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: "Adonde yo voy, ustedes no pueden ir"?». 23 Y él les decía: «Ustedes son de abajo, yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. 24 Por eso les dije que morirán en sus pecados, porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados». 25 Entonces le preguntaron: «¿Quién eres tú?». Jesús les dijo: «Precisamente lo que les estoy diciendo desde el principio. 26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de ustedes; pero el que me envió es verdadero, y yo digo al mundo lo que oí de él». 27 No comprendieron que les hablaba del Padre. 28 Jesús les dijo entonces: «Cuando levanten al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mi propia cuenta, sino que digo lo que el Padre me enseñó. 29 Y el que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada». 30 Al decir estas cosas, muchos creyeron en él.
Contexto
Este pasaje continúa la confrontación de Jesús con los líderes judíos en el Templo. Tras proclamarse la luz del mundo (Juan 8,12), Jesús anuncia su partida, lo que genera incomprensión y especulaciones sobre sus intenciones. Él establece un claro contraste entre su origen divino ("de arriba", "no de este mundo") y la naturaleza terrenal de sus interlocutores ("de abajo", "de este mundo"), explicando que esta diferencia fundamental es la raíz de su incredulidad. La insistencia de Jesús en la necesidad de creer que "Yo Soy" (una referencia al nombre divino revelado a Moisés en Éxodo 3,14) como condición para no morir en sus pecados es una afirmación directa de su divinidad.
Tema Central
El tema central de este texto es la identidad divina de Jesús ("Yo Soy") y la crucial importancia de la fe en Él para la salvación. Jesús revela su origen trascendente y la consecuencia fatal de la incredulidad. También anticipa su crucifixión ("cuando levanten al Hijo del hombre") como el momento en que algunos reconocerán su verdadera identidad y su completa obediencia al Padre. A pesar de la persistente duda y hostilidad de algunos, el pasaje concluye señalando que muchos creyeron en Jesús al oír estas palabras.
Aplicación a nuestra actualidad
La pregunta central que Jesús plantea en este texto es si creemos en quién dice ser. En un mundo donde las identidades son fluidas y la verdad a menudo se relativiza, la firme declaración de Jesús "Yo Soy" resuena como un ancla de certeza. Su distinción entre lo "de arriba" y lo "de abajo" nos invita a reflexionar sobre nuestras propias prioridades y valores. ¿Estamos más centrados en las cosas de este mundo o aspiramos a lo trascendente? La advertencia de morir en nuestros pecados si no creemos en Él nos recuerda la seriedad de nuestra respuesta a Jesús. No se trata solo de un asentimiento intelectual, sino de una fe viva que transforma nuestra manera de vivir. La referencia a su elevación en la cruz nos muestra que incluso en el momento de su mayor humillación, se manifestaría su verdadera gloria. La fe nace al escuchar la Palabra de Jesús, y la reacción diversa de la multitud en este pasaje nos muestra que la decisión de creer es personal y transformadora.
Preguntas para la reflexión
¿Qué significa para ti la afirmación de Jesús "Yo Soy"? ¿Cómo influye esta verdad en tu vida de fe?
¿Sientes que a veces estás más enfocado en las cosas "de este mundo" que en las realidades "de arriba"? ¿Cómo buscas equilibrar ambas dimensiones?
¿Qué obstáculos encuentras para creer plenamente en Jesús y en su mensaje? ¿Qué te ayuda a fortalecer tu fe?
¿Cómo interpretas la frase "morirán en sus pecados"? ¿Qué implicaciones tiene para tu vida espiritual?
¿De qué maneras concretas experimentas el hecho de que Jesús no está solo, sino que el Padre siempre está con Él? ¿Cómo te anima esto en tu propio camino?
Oración
Señor Jesús, tú que eres el "Yo Soy", el Hijo de Dios enviado por el Padre, te pedimos la gracia de creer firmemente en tu identidad divina y en tu mensaje de salvación. Ilumina nuestras mentes para comprender la profundidad de tu amor y la seriedad de tu llamado. Ayúdanos a elevar nuestra mirada hacia las cosas de arriba y a vivir de acuerdo con la verdad que Tú nos revelas. Que nuestra fe en ti nos libre de la muerte y nos conduzca a la vida eterna. Amén.