Mateo 6,19-23
"Tesoros en el Cielo y la Lámpara del Cuerpo: La Importancia de una Visión Clara"
“19 No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. 20 Acumulen, más bien, tesoros en el cielo, donde no los consumen ni la polilla ni la herrumbre, y donde los ladrones no perforan las paredes ni los roban. 21 Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón. 22 La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es sano, todo tu cuerpo estará iluminado. 23 Pero si tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!”
Contexto
Este pasaje forma parte del Sermón de la Montaña (Mateo capítulos 5-7). Jesús ha estado enseñando sobre la verdadera justicia y la piedad auténtica. Ahora, se enfoca en la actitud correcta hacia los bienes materiales y la importancia de tener una perspectiva espiritual clara. Estas enseñanzas contrastan directamente con la mentalidad mundana que busca la seguridad y la felicidad en las posesiones terrenales.
Tema Central
El tema central es la exhortación a priorizar los "tesoros en el cielo" (valores eternos, obras de caridad, una relación con Dios) sobre los "tesoros en la tierra" (bienes materiales, riquezas), que son perecederos e inseguros. Jesús vincula esta elección de tesoros con la orientación del corazón ("donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón"). Luego, utiliza la metáfora del ojo como "lámpara del cuerpo" para ilustrar que una visión espiritual sana (un ojo "sano", enfocado en Dios y en los valores del Reino) ilumina toda la vida, mientras que una visión enferma (enfocada en lo material o lo egoísta) sume a la persona en la oscuridad.
Aplicación a nuestra actualidad
Las palabras de Jesús sobre los tesoros y la luz del ojo son radicalmente pertinentes en nuestra sociedad contemporánea, a menudo marcada por el consumismo, el materialismo y una visión cortoplacista de la vida:
La Impermanencia de los Tesoros Terrenales: "No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones... los roban". Jesús nos recuerda la fragilidad y la inseguridad de las posesiones materiales. Pueden perderse, deteriorarse o ser robadas. Poner nuestra seguridad y nuestra felicidad última en ellas es construir sobre arena.
La Permanencia de los Tesoros Celestiales: "Acumulen, más bien, tesoros en el cielo". ¿Cuáles son estos tesoros? Son las obras de amor, la justicia, la misericordia, la fe, la relación con Dios, todo aquello que tiene un valor eterno y que "invertimos" en el Reino de Dios. Estos tesoros son seguros y no se deprecian. Esta enseñanza nos llama a reevaluar nuestras prioridades y a invertir nuestro tiempo, energía y recursos en lo que realmente perdura.
El Corazón Sigue al Tesoro: "Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón". Esta es una profunda verdad psicológica y espiritual. Aquello a lo que le damos más valor, aquello en lo que invertimos nuestro esfuerzo y nuestra preocupación, eso es lo que finalmente posee nuestro corazón, nuestra lealtad y nuestro afecto. Si nuestro tesoro es el dinero o las posesiones, nuestro corazón estará atado a ellas. Si nuestro tesoro es Dios y su Reino, nuestro corazón estará orientado hacia Él.
La Importancia de una Visión Clara (El Ojo Sano): "La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es sano, todo tu cuerpo estará iluminado". El "ojo sano" aquí representa una perspectiva espiritual clara, una intención pura, una mirada enfocada en Dios y en los valores eternos. Cuando nuestra "visión" (nuestras prioridades, nuestros valores fundamentales) es correcta, toda nuestra vida se ilumina, nuestras decisiones son acertadas, y caminamos en la luz.
El Peligro de una Visión Enferma (El Ojo Malo): "Pero si tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo estará en tinieblas". Un "ojo enfermo" representa una visión distorsionada, enfocada en el egoísmo, la avaricia, los bienes materiales como fin último. Esto lleva a la oscuridad espiritual, a decisiones equivocadas y a una vida sin verdadera luz. Jesús advierte con fuerza: "Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!". Si lo que creemos que es luz (nuestra perspectiva, nuestros valores) es en realidad oscuridad, estamos profundamente perdidos.
Este pasaje nos invita a una profunda reflexión sobre nuestras prioridades y sobre la "visión" que guía nuestra vida. Nos llama a elegir los tesoros que realmente valen, aquellos que perduran para la eternidad, y a cultivar un "ojo sano", una perspectiva espiritual clara y enfocada en Dios, para que toda nuestra existencia esté llena de su luz.
Preguntas para la reflexión
¿Cuáles son los "tesoros" que más valoro y en los que estoy invirtiendo mi tiempo, energía y recursos actualmente? ¿Son principalmente terrenales o celestiales?
¿Dónde siento que está verdaderamente mi "corazón" en este momento de mi vida, basándome en aquello a lo que le dedico más atención y preocupación?
¿Cómo puedo yo cultivar un "ojo sano", una visión espiritual más clara y enfocada en Dios y en los valores del Reino, en medio de las distracciones y las presiones del mundo?
¿Qué "oscuridades" en mi vida podrían ser el resultado de un "ojo enfermo" o de una perspectiva equivocada? ¿Cómo puedo pedir a Dios que sane mi visión?
¿De qué manera la elección de acumular "tesoros en el cielo" puede darme más libertad, paz y seguridad que la búsqueda de tesoros terrenales?
Oración
Señor Jesús, ayúdanos a discernir los verdaderos tesoros y a no poner nuestro corazón en las cosas perecederas de esta tierra. Concédenos la gracia de acumular tesoros en el cielo, donde nada se corrompe y donde Tú nos esperas. Sana nuestro ojo interior, Señor, para que tengamos una visión clara y luminosa, enfocada en Ti y en tu Reino. Líbranos de toda oscuridad que provenga de una mirada enferma o de un corazón dividido, y que toda nuestra vida esté iluminada por tu verdad y tu amor. Amén.