1 Corintios 15,20-27a (He ajustado la referencia al v. 27a para que sea precisa con el final de la idea de Pablo).
"Cristo, Primicia de los Resucitados: La Victoria Final sobre la Muerte"
“20 ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos, como primicia de los que durmieron. 21 Porque, así como la muerte vino por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. 22 En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo. 23 Pero cada uno en su propio orden: primero, Cristo, como primicia; luego, en su Venida, los que son de Cristo. 24 Después, llegará el fin: cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. 25 Porque es necesario que él reine hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. 26 El último enemigo aniquilado será la Muerte. 27a Porque Dios “ha sometido todo bajo sus pies”.”
Contexto
Este pasaje se encuentra en el capítulo 15 de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, que es la defensa más extensa y fundamental de la resurrección de los muertos en todo el Nuevo Testamento. Algunos en la comunidad de Corinto estaban negando la resurrección futura de los creyentes. Pablo argumenta que esta negación es incompatible con la fe cristiana, porque si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo tampoco ha resucitado (1 Cor 15,13). Después de mostrar las consecuencias desastrosas de tal idea, Pablo ahora afirma con fuerza la realidad de la resurrección de Cristo y extrae de ella las consecuencias para toda la humanidad y para el fin de los tiempos.
Tema Central
El tema central es la resurrección de Cristo como la "primicia" y la garantía de nuestra propia resurrección. Pablo establece un paralelismo entre Adán, por quien entró la muerte en el mundo, y Cristo, por quien viene la resurrección. Describe el orden de los acontecimientos escatológicos: la resurrección de Cristo (ya ocurrida), la resurrección de los creyentes en su segunda venida, y el fin, cuando Cristo, después de haber sometido a todos los poderes enemigos (incluida la Muerte), entregará el Reino a Dios Padre.
Aplicación a nuestra actualidad
Las palabras de Pablo sobre la resurrección son el corazón de la esperanza cristiana y tienen implicaciones vitales para nuestra vida:
¡Cristo ha Resucitado! El Fundamento de Nuestra Fe: "¡Pero no! Cristo resucitó...". Esta es la afirmación jubilosa y fundamental. No es una idea, sino un hecho. La fe cristiana se sostiene o se cae con la verdad de la resurrección. Es la victoria de Dios sobre la muerte y el pecado.
Cristo, la "Primicia" de Nuestra Resurrección: La "primicia" era la primera parte de la cosecha que se ofrecía a Dios, y era la garantía de que el resto de la cosecha vendría. La resurrección de Cristo no es un evento aislado para Él solo; es el comienzo de la "cosecha" final. Su resurrección es la garantía y el modelo de la nuestra. Porque Él vive, nosotros también viviremos.
De Adán a Cristo: La Nueva Humanidad: "Así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo". Pablo presenta dos cabezas de la humanidad. Por nuestra solidaridad con Adán, todos experimentamos el pecado y la muerte. Por nuestra solidaridad con Cristo a través de la fe y el bautismo, recibiremos la nueva vida de la resurrección. Cristo inaugura una nueva humanidad.
El Reinado de Cristo y la Victoria sobre los Enemigos: "Es necesario que él reine hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies". El tiempo presente, entre la resurrección de Cristo y su segunda venida, es el tiempo de su reinado. Es un reinado activo, en el que Él está sometiendo a todas las fuerzas que se oponen a Dios ("Principado, Dominio y Poder").
La Derrota Final de la Muerte: "El último enemigo aniquilado será la Muerte". La muerte sigue siendo una realidad dolorosa y una fuente de miedo en nuestra experiencia humana. Pablo nos asegura que, aunque la muerte parece tener poder ahora, su destino es ser destruida. La resurrección de Cristo es el principio del fin para la muerte. Esta es la fuente última de nuestro consuelo y nuestra esperanza frente a la muerte.
Todo Sometido para la Gloria del Padre: El objetivo final de todo este proceso es que Cristo entregue el Reino a Dios Padre, "para que Dios sea todo en todos" (como dirá en el v. 28). El reinado de Cristo no es para su propia gloria, sino para la gloria del Padre.
Este pasaje nos invita a vivir con una esperanza robusta y transformadora. Nuestra vida no termina en la tumba. Gracias a la resurrección de Cristo, nuestra "primicia", tenemos la certeza de que la muerte será vencida y que reviviremos en Él. Esta esperanza debe darnos la fuerza para enfrentar las pruebas de esta vida y la valentía para luchar contra los "enemigos" del Reino de Dios en nosotros y en el mundo, sabiendo que la victoria final pertenece a Cristo.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera la resurrección de Cristo es una "primicia" y una garantía real de mi propia resurrección y de la vida eterna? ¿Vivo con esta esperanza?
¿Soy consciente de que, por mi unión con Cristo, pertenezco a una "nueva humanidad" destinada a la vida, y no a la muerte?
¿Cómo me ayuda la idea de que Cristo "reina" ahora, sometiendo a sus enemigos, a enfrentar las fuerzas del mal y la injusticia en el mundo con más confianza?
¿Cómo me consuela y me fortalece, frente a la realidad de la muerte (la mía o la de mis seres queridos), la certeza de que "la Muerte será el último enemigo aniquilado"?
Si el objetivo final es que "Dios sea todo en todos", ¿cómo me inspira esto a orientar toda mi vida y mis acciones hacia la gloria de Dios Padre, a través de Cristo?
Oración
Señor Jesucristo, te alabamos y te damos gracias porque has resucitado de entre los muertos como primicia de todos los que durmieron. Que la certeza de tu victoria sobre el pecado y la muerte sea el fundamento de nuestra esperanza. Ayúdanos a vivir como miembros de la nueva humanidad que Tú has inaugurado, y a confiar en tu reinado que somete a todos los enemigos. Que, esperando nuestra propia resurrección, vivamos cada día para la gloria de Dios Padre, hasta que Tú entregues el Reino y Dios sea todo en todos. Amén.