2 Corintios 11,18.21b-30
"La 'Locura' de Pablo: Gloriarse en las Debilidades por Cristo"
“18 Ya que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré... 21b Pero si alguien se atreve a jactarse de algo –hablo como un necio– yo también me atrevo. 22 ¿Ellos son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también. 23 ¿Son servidores de Cristo? Voy a decir una locura: yo más que ellos. Mucho más por los trabajos, mucho más por las veces que estuve en la cárcel, muchísimo más por los golpes que recibí. Con frecuencia estuve en peligro de muerte. 24 Cinco veces los judíos me azotaron con los treinta y nueve golpes. 25 Tres veces fui flagelado, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y una vez pasé un día y una noche en el mar. 26 En mis numerosos viajes, pasé peligros en los ríos, peligros por parte de los ladrones, peligros por parte de mis compatriotas, peligros por parte de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en lugares despoblados, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos. 27 Soporté trabajos y fatigas, repetidas vigilias, hambre y sed, frecuentes ayunos, frío y desnudez. 28 Y además de estas cosas exteriores, debo mencionar mi preocupación de cada día: la solicitud por todas las Iglesias. 29 ¿Quién es débil, que yo no me sienta débil con él? ¿Quién es inducido al pecado, que yo no me consuma de dolor? 30 Si es preciso gloriarse, yo me gloriaré de lo que hace mi debilidad.”
Contexto
Como recordamos, este pasaje se encuentra en la defensa apasionada que Pablo hace de su apostolado en la Segunda Carta a los Corintios, frente a unos "superapóstoles" que presumían de sus credenciales y menospreciaban a Pablo. Forzado a "gloriarse", Pablo elige hacerlo de una manera radicalmente opuesta a la lógica del mundo: no en sus fortalezas, sino en sus sufrimientos y debilidades padecidas por amor a Cristo y al Evangelio.
Tema Central
El tema central es la subversión paulina del concepto de "gloria" o "jactancia". Mientras sus oponentes se jactaban de sus privilegios o supuestas fortalezas, Pablo presenta un catálogo de sus padecimientos y fatigas como las verdaderas credenciales de su servicio a Cristo. Su "gloria" se encuentra en su debilidad, porque es en ella donde se manifiesta el poder de Dios y la autenticidad de su compromiso con Aquel que sufrió y murió por nosotros.
Aplicación a nuestra actualidad
La "locura" de Pablo sigue siendo un espejo incómodo y una invitación profunda para nosotros hoy. Vivimos en una sociedad que valora el éxito, la fuerza, la imagen impecable, la ausencia de sufrimiento. Pablo nos muestra otro camino, el camino de Cristo:
Reconocer las Verdaderas Credenciales: ¿En qué basamos nuestra valía o la de otros en el servicio cristiano? ¿En títulos, elocuencia, popularidad, resultados visibles? Pablo nos enseña que la verdadera medida es la fidelidad en medio de la prueba, la perseverancia en el servicio desinteresado, la capacidad de sufrir por el Evangelio. Es un llamado a examinar nuestros propios criterios y los de nuestras comunidades.
El Sufrimiento como Parte del Discipulado: La impresionante lista de padecimientos de Pablo no es para provocar lástima, sino para mostrar la realidad de un compromiso radical con Cristo. Seguir a Jesús implica estar dispuesto a compartir su cruz, a enfrentar la oposición, la incomprensión, el desgaste. ¿Estamos dispuestos a este "costo del discipulado", o buscamos una fe cómoda, sin exigencias?
La Empatía del Pastor: Más allá de los sufrimientos físicos, Pablo destaca su "preocupación de cada día: la solicitud por todas las Iglesias". Su corazón ardía por el bienestar espiritual de sus hermanos. "¿Quién es débil, que yo no me sienta débil con él?". Esta empatía profunda, este "sentir con" el otro en su fragilidad, es una marca esencial del amor cristiano y del cuidado pastoral. ¿Nos hacemos cargo del sufrimiento y la debilidad de nuestros hermanos?
La Fortaleza en la Debilidad: "Si es preciso gloriarse, yo me gloriaré de lo que hace mi debilidad". Esta es la clave de la espiritualidad paulina y una profunda verdad cristiana. No se trata de buscar la debilidad por sí misma, sino de reconocer que cuando somos conscientes de nuestra fragilidad y dejamos de apoyarnos en nuestras propias fuerzas, permitimos que el poder de Dios actúe en nosotros y a través de nosotros. Nuestras limitaciones, ofrecidas a Dios, se convierten en el espacio donde Él manifiesta su gracia.
Este pasaje nos invita a una profunda conversión de la mirada: a dejar de valorar según los criterios del mundo y a abrazar la "locura" de la cruz, donde la debilidad se convierte en el lugar de la verdadera fortaleza y el sufrimiento por Cristo en motivo de auténtica gloria. Es un llamado a encontrar a Dios no solo en el éxito y la consolación, sino también en la prueba y la fragilidad.
Preguntas para la reflexión
¿En qué aspectos de mi vida tiendo a "gloriarme según la carne" (mis logros, mis capacidades, mi estatus) en lugar de reconocer mi dependencia de Dios?
Al considerar los sufrimientos de Pablo por el Evangelio, ¿cómo me desafía esto a vivir mi propia fe con mayor compromiso y disposición al sacrificio?
¿Cómo puedo cultivar una mayor empatía y "solicitud" por las debilidades y luchas de las personas en mi comunidad o en mi entorno, sintiéndome "débil con el débil"?
¿Qué "debilidades" personales me cuesta más aceptar o en cuáles me siento más tentado/a a ocultar, en lugar de verlas como una oportunidad para que se manifieste el poder de Dios?
¿De qué manera puedo hoy "gloriarme en mi debilidad", reconociendo que es ahí donde la gracia de Cristo puede actuar con más fuerza en mi vida y a través de mí?
Oración
Señor Jesús, que elegiste el camino de la debilidad y la cruz para manifestar el poder del amor del Padre, enséñanos la sabiduría de tu apóstol Pablo. Libéranos de la vana gloria del mundo y ayúdanos a encontrar nuestra verdadera fortaleza en reconocer nuestras fragilidades y en confiar en tu gracia. Danos un corazón compasivo que se duela con el que sufre y se debilite con el débil. Que, como Pablo, podamos gloriarnos solo en nuestras debilidades, para que tu poder habite en nosotros y se manifieste a través de nuestro servicio. Amén.