Colosenses 3,1-4
"Buscad las Cosas de Arriba"
1 Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando se manifieste Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros os manifestaréis con él en gloria.
Contexto
Pablo escribe esta carta a la iglesia de Colosas, una pequeña ciudad en la actual Turquía. La comunidad cristiana allí estaba siendo influenciada por falsas enseñanzas que enfatizaban prácticas religiosas legalistas y la adoración de seres celestiales distintos a Cristo. En este contexto, Pablo busca reafirmar la centralidad de Cristo y la suficiencia de su obra redentora. El apóstol insta a los creyentes a centrar su atención en la realidad celestial a la que han sido elevados por su unión con Cristo, más que en las prácticas terrenales.
Tema Central
El texto se centra en el llamado a los creyentes a vivir de acuerdo con su nueva identidad en Cristo resucitado. Pablo los exhorta a buscar las cosas de arriba, es decir, a poner su mente y su corazón en los valores y realidades del reino celestial, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. La vida del creyente está ahora escondida con Cristo en Dios, y se manifestará plenamente en gloria cuando Cristo retorne.
Aplicación a nuestra actualidad
En nuestra vida cotidiana, este pasaje nos desafía a reorientar nuestras prioridades y aspiraciones. Nos invita a preguntarnos: ¿Dónde está puesto nuestro corazón? ¿Qué es lo que realmente buscamos?
Buscar las cosas de arriba no implica una huida del mundo, sino una forma de vivir en el mundo con una nueva perspectiva. Significa vivir según los valores del Evangelio: el amor, la justicia, el servicio, la verdad, la paz...
Poner la mira en las cosas de arriba nos ayuda a relativizar los afanes y preocupaciones del día a día. No se trata de despreciar las realidades terrenales, sino de darles su justo valor, sabiendo que nuestra verdadera vida, nuestra mayor plenitud, se encuentra en Dios.
Recordar que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios nos da seguridad y esperanza. Aunque a veces nos sintamos perdidos o incomprendidos, nuestra identidad y nuestro destino están seguros en las manos de Dios.
Preguntas para la reflexión
¿Qué cosas ocupan el centro de mi atención y mis deseos? ¿Me acercan o me alejan de Dios?
¿De qué manera concreto en mi vida cotidiana la búsqueda de "las cosas de arriba"?
¿Cómo influye la certeza de que mi vida está escondida con Cristo en mi forma de enfrentar los desafíos y las dificultades?
¿Qué espero que se manifieste en mi vida cuando Cristo se manifieste en gloria? ¿Vivo de acuerdo con esa esperanza?
Oración
Señor resucitado,
que estás sentado a la diestra del Padre,
te damos gracias porque nos has hecho partícipes
de tu vida nueva.
Te pedimos que tu Espíritu nos impulse
a buscar las cosas de arriba,
a poner nuestra mirada en tu reino,
y a vivir según los valores del Evangelio.
Que la certeza de que nuestra vida está escondida contigo
nos dé seguridad y esperanza,
y que anhelamos con todas nuestras fuerzas
el día en que te manifiestes en gloria,
para que también nosotros
podamos participar de tu plenitud.
Amén.