"De la Adoración Pagana al Testimonio del Dios Vivo"
“5 Pero como se produjo un violento movimiento de paganos y judíos, con sus jefes, para ultrajarlos y apedrearlos, 6 Pablo y Bernabé, al enterarse, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y sus alrededores, 7 donde anunciaron la Buena Noticia. 8 Había en Listra un hombre tullido de nacimiento, que no podía usar de sus piernas y nunca había caminado. 9 Estaba escuchando el discurso de Pablo, y este, fijando en él su mirada y viendo que tenía fe para ser curado, 10 le dijo en voz alta: «Ponte derecho sobre tus pies». Él dio un salto y comenzó a caminar. 11 Al ver lo que Pablo había hecho, la multitud exclamó en lengua licaónica: «¡Los dioses han bajado hasta nosotros en figura de hombres!». 12 A Bernabé lo llamaban Zeus y a Pablo, Hermes, porque era el que llevaba la palabra. 13 El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad, trajo al pórtico toros y guirnaldas y, con la multitud, se disponía a ofrecerles un sacrificio. 14 Al oír esto, los apóstoles Bernabé y Pablo rasgaron sus vestiduras y se precipitaron en medio de la multitud, gritando: 15 «Amigos, ¿qué están haciendo? Nosotros somos simplemente hombres, de la misma condición que ustedes, y les anunciamos la Buena Noticia de que abandonen esos ídolos para convertirse al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. 16 En los tiempos pasados, él permitió que cada nación siguiera su propio camino; 17 sin embargo, nunca dejó de dar testimonio de sí mismo, derramando sus beneficios, enviándoles desde el cielo lluvias y estaciones fecundas, dándoles el alimento y llenando de alegría sus corazones». 18 Apenas pudieron, con estas palabras, disuadir a la multitud de que les ofrecieran un sacrificio.”
Contexto
Este pasaje se encuentra en el relato del primer viaje misionero de Pablo y Bernabé. Después de predicar en Iconio y enfrentar una creciente oposición que amenazaba con violencia, huyen a las ciudades de Listra y Derbe, en la región de Licaonia. Allí continúan anunciando el Evangelio. En Listra, Pablo sana a un hombre tullido de nacimiento, un milagro que causa un enorme impacto en la población local, que tenía creencias paganas politeístas.
Tema Central
El tema central es el choque cultural y religioso que se produce cuando el Evangelio se encuentra con el paganismo. La curación milagrosa es malinterpretada por la multitud, que ve en Pablo y Bernabé la encarnación de sus dioses paganos (Zeus y Hermes) y se dispone a ofrecerles sacrificios. Los apóstoles reaccionan con horror, rasgando sus vestiduras, y aprovechan la oportunidad para proclamar al único Dios vivo y verdadero, el Creador de todo, instando a la gente a abandonar la idolatría.
Aplicación a nuestra actualidad
Este episodio nos ofrece varias reflexiones importantes para hoy:
El Peligro de la Idolatría Moderna: Aunque hoy no adoremos a Zeus o Hermes con sacrificios de toros, la tendencia a idolatrar sigue presente. Podemos "endiosar" a personas (líderes, celebridades), el poder, el dinero, el éxito, la tecnología, o incluso nuestras propias ideas o proyectos. El mensaje de Pablo y Bernabé de "abandonar esos ídolos para convertirse al Dios vivo" sigue siendo radicalmente pertinente. Nos invita a examinar qué o quiénes ocupan el lugar central en nuestra vida y a quiénes rendimos verdadera "adoración" con nuestras prioridades y acciones.
Distinguir el Mensajero del Mensaje: La multitud de Listra se maravilló con el milagro, pero se enfocó erróneamente en los mensajeros, elevándolos a la categoría de dioses. Pablo y Bernabé, con humildad, redirigen la atención hacia el Dios verdadero. Esto nos recuerda la importancia de no confundir a los instrumentos humanos (pastores, líderes, personas que nos inspiran) con la fuente divina de la gracia y el poder. Debemos estar agradecidos por los dones que Dios nos da a través de otros, pero nuestra adoración y dependencia última deben ser solo para Dios.
Testimonio del Dios Creador: Ante un público pagano, Pablo no comienza citando las Escrituras judías, sino apelando a la revelación natural de Dios: el Creador del cielo y la tierra, que da la lluvia, las estaciones, el alimento y la alegría. Este es un modelo de cómo podemos hablar de Dios a quienes no comparten nuestra fe, partiendo de la experiencia humana universal y de las huellas de Dios en la creación y en la bondad que experimentamos. Dios "nunca dejó de dar testimonio de sí mismo".
La Humildad del Servidor: La reacción de Pablo y Bernabé ("Nosotros somos simplemente hombres, de la misma condición que ustedes") es un ejemplo de humildad. Rechazan cualquier honor divino y se identifican como seres humanos iguales a sus oyentes. Esta actitud es esencial para un testimonio creíble.
Este pasaje nos desafía a mantenernos firmes en la adoración al único Dios verdadero, a ser humildes en nuestro servicio, y a encontrar maneras de comunicar la Buena Noticia que sean comprensibles y relevantes para las diversas "culturas" y mentalidades que nos rodean, señalando siempre al Dios vivo y Creador.
Preguntas para la reflexión
¿Cuáles son los "ídolos" modernos (personales o sociales) que me tientan a desviar mi adoración del Dios vivo y verdadero?
Cuando veo obras buenas o "milagros" (pequeños o grandes) realizados a través de personas, ¿me enfoco en la persona o soy capaz de reconocer y dar gloria a Dios como la fuente última?
¿Cómo puedo, en mis conversaciones con personas que no comparten mi fe, señalar al "Dios vivo que hizo el cielo y la tierra" y los beneficios que Él derrama sobre todos, como hicieron Pablo y Bernabé?
¿De qué manera puedo cultivar una mayor humildad en mi servicio o en el ejercicio de mis dones, recordando siempre que soy "simplemente un ser humano" al servicio de un Dios mucho más grande?
Oración
Señor, Dios vivo y verdadero, Creador del cielo y de la tierra, te adoramos solo a Ti y te pedimos que nos libres de toda forma de idolatría. Danos la humildad de tus apóstoles Pablo y Bernabé para reconocer que somos simplemente siervos tuyos, y que toda gloria te pertenece. Ayúdanos a ser testigos valientes de tu amor y tu poder en medio de un mundo que a menudo busca dioses falsos, y a proclamar con nuestra vida que solo Tú mereces toda adoración, Tú que nos das el alimento y llenas de alegría nuestros corazones. Amén.