Hechos 17,15.22-18,1
"Pablo en Atenas: El Discurso en el Areópago y el Dios Desconocido"
“15 Los que acompañaban a Pablo lo condujeron hasta Atenas y luego regresaron con la orden de que Silas y Timoteo fueran a reunirse con él cuanto antes... 22 Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: «Atenienses, compruebo que ustedes son, desde todo punto de vista, los más religiosos. 23 En efecto, mientras recorría la ciudad y examinaba sus monumentos sagrados, encontré entre otras cosas un altar con esta inscripción: “Al dios desconocido”. Ahora, yo vengo a anunciarles eso que ustedes adoran sin conocer. 24 El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él no habita en templos construidos por manos de hombre, porque es el Señor del cielo y de la tierra. 25 Tampoco necesita que lo sirvan manos humanas como si tuviera necesidad de algo, ya que él da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. 26 Él hizo salir de un solo principio a todo el género humano para que habite sobre toda la tierra, y fijó con anticipación las épocas y los límites de sus lugares de residencia, 27 a fin de que busquen a Dios, aunque sea a tientas, y puedan encontrarlo. Porque, en realidad, él no está lejos de cada uno de nosotros. 28 En efecto, en él vivimos, nos movemos y existimos, como también lo han dicho algunos de sus poetas: “Nosotros somos también de su raza”. 29 Por lo tanto, si nosotros somos de la raza de Dios, no debemos creer que la divinidad es semejante al oro, la plata o la piedra, trabajados por el arte y el genio de los hombres. 30 Pero Dios, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, ahora ordena a todos los hombres, en todas partes, que se conviertan. 31 Porque él ha fijado el día en que juzgará al universo con justicia, por medio de un Hombre que él destinó y acreditó delante de todos, resucitándolo de entre los muertos». 32 Al oír las palabras «resurrección de los muertos», unos se burlaban y otros decían: «Otro día te oiremos hablar sobre el particular». 33 Así fue como Pablo se alejó de ellos. 34 Sin embargo, algunos se adhirieron a él y abrazaron la fe. Entre ellos, estaban Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros. 18,1 Después de esto, Pablo se alejó de Atenas y se dirigió a Corinto.”
Contexto
Este pasaje narra la experiencia de Pablo en Atenas, el famoso centro intelectual y cultural de la antigua Grecia, durante su segundo viaje misionero. Después de ser conducido a Atenas (v.15), Pablo espera a Silas y Timoteo. Mientras tanto, su espíritu se enardece al ver la ciudad llena de ídolos. Debate en la sinagoga y en el ágora (plaza pública), y algunos filósofos epicúreos y estoicos lo llevan al Areópago (una colina y también un prestigioso consejo de la ciudad) para que exponga sus enseñanzas. El discurso de Pablo en el Areópago es un ejemplo notable de su intento de comunicar el Evangelio en un contexto cultural pagano y filosófico.
Tema Central
El tema central es el esfuerzo de Pablo por anunciar al Dios verdadero y a Jesucristo resucitado a una audiencia culta y politeísta en Atenas. Pablo parte de un punto de contacto –el altar "al dios desconocido"– para revelarles al Dios Creador, Señor del cielo y la tierra, que no habita en templos hechos por hombres y que no está lejos de cada uno. Cita a sus propios poetas para establecer un terreno común, pero luego los llama a la conversión y al arrepentimiento, anunciando el juicio futuro y la resurrección de Jesús como prueba de su designación divina. La respuesta es mixta: burla, indiferencia y algunas conversiones.
Aplicación a nuestra actualidad
El discurso de Pablo en el Areópago es un modelo clásico de evangelización inculturada y de cómo presentar el Evangelio en contextos intelectuales o secularizados:
Observar y Encontrar Puntos de Contacto: Pablo no comienza condenando, sino observando: "compruebo que ustedes son... los más religiosos". Encuentra un "altar al dios desconocido" y lo usa como un puente para su mensaje. Esto nos enseña la importancia de conocer la cultura y las inquietudes de aquellos a quienes queremos evangelizar, buscando "semillas del Verbo" o anhelos de trascendencia que ya existen.
Anunciar al Dios Creador y Providente: Pablo presenta a Dios como el Creador universal, que no está confinado a templos ni necesita de nuestros servicios como si fuera dependiente. Él es quien da la vida y todo lo demás. Este mensaje sobre un Dios trascendente pero cercano ("no está lejos de cada uno de nosotros") sigue siendo relevante en un mundo que a veces tiene imágenes distorsionadas de Dios o lo considera irrelevante.
Utilizar el Lenguaje Cultural: Pablo cita a poetas griegos ("En él vivimos, nos movemos y existimos"; "Nosotros somos también de su raza") para conectar con su audiencia. Esto nos anima a utilizar el lenguaje, los símbolos y las expresiones culturales de nuestro tiempo para hacer comprensible el mensaje del Evangelio, sin traicionar su esencia.
El Llamado a la Conversión y el Anuncio de Cristo: Aunque Pablo comienza con un terreno común, no se queda ahí. Proclama la necesidad de conversión ("arrepiéntanse") y anuncia el juicio y, crucialmente, la resurrección de Jesucristo. La resurrección es el punto de inflexión, la prueba de la verdad del mensaje. No podemos diluir el núcleo del kerigma por miedo al rechazo.
Respuestas Diversas: La reacción al discurso de Pablo es variada: burla, postergación ("Otro día te oiremos") y algunas conversiones (Dionisio, Dámaris y otros). Esto nos recuerda que no siempre veremos resultados masivos o inmediatos en la evangelización. Debemos ser fieles en sembrar la Palabra, y Dios dará el crecimiento. Algunas semillas caerán en tierra buena.
Este pasaje nos desafía a ser evangelizadores creativos, respetuosos de la cultura de los demás, pero firmes en el anuncio del Dios verdadero y de Jesucristo resucitado, preparados para las diversas reacciones que esto pueda generar.
Preguntas para la reflexión
¿Cómo puedo yo, en mi entorno (trabajo, universidad, círculo social), "observar" y encontrar "altares al dios desconocido" (inquietudes, búsquedas, valores) que puedan ser puntos de partida para compartir mi fe?
¿De qué manera puedo presentar a Dios como el Creador cercano y providente a personas que quizás tienen una visión distante, abstracta o incluso negativa de Él?
¿Qué "lenguajes" o expresiones culturales de mi tiempo podría utilizar para hacer más comprensible y relevante el mensaje del Evangelio, sin diluir su contenido?
¿Estoy dispuesto/a a anunciar con valentía el núcleo del Evangelio (incluyendo la necesidad de conversión y la resurrección de Jesús), aunque esto pueda generar burla o indiferencia en algunos?
¿Cómo manejo la frustración o el desánimo cuando mi testimonio de fe no parece tener los "resultados" que espero, recordando la experiencia de Pablo en Atenas?
Oración
Señor Jesús, que enviaste a tu apóstol Pablo a anunciar tu Evangelio incluso en los centros del saber pagano, danos también a nosotros la sabiduría y la valentía para ser tus testigos en nuestro tiempo. Ayúdanos a encontrar los puntos de contacto con la cultura que nos rodea, a proclamar al Dios vivo y verdadero, y a anunciar tu resurrección como fundamento de nuestra esperanza. Que, a pesar de las diversas reacciones, permanezcamos fieles en la misión, confiando en que tu Palabra no vuelve vacía. Amén.