Sábado 17 de junio de 2023. San Ismael.
Fiesta del Inmaculado Corazón de María

Lucas 2. 41-51

Tu padre y yo te buscábamos angustiados

41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. 42 Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, 43 y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. 44 Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. 45 Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. 46 Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. 48 Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". 49 Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". 50 Ellos no entendieron lo que les decía.  51 Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. 52 Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.

Reflexión.

Contemplemos la escena … la multitud, el templo, María y José desesperados buscando a Jesús … nos ponemos en su lugar … contemplamos como se sienten cuando lo encontraron, la pregunta que le hacen y la respuesta de Jesús.  ¿qué sentiría María? … Imaginémonos como sería la vida normal y rutinaria de María criando a Jesús, en su niñez y juventud, enseñándole, cuidándole … Nos dejamos inundar por el amor de madre de María … ¿cuáles serían sus sentimientos? … ¿qué animaría a su corazón? … ¿qué de ella me gustaría imitar?

Coloquio.

Te damos gracias, Jesús, por haber confiado en nosotros, con nuestras limitaciones y nuestra historia. Gracias por traernos la buena noticia del amor incondicional del Padre. Gracias, porque no nos has elegido ni por lo que sabemos ni por méritos propios, sino que simplemente porque has querido. Porque nos amas y confías en nosotros. Ayúdanos a no defraudarte, a cumplir con la misión encomendada para mayor gloria de Dios Padre.

Gracias, Señor, por invitarnos a estar contigo. Gracias por reconocer nuestro cansancio, nuestras aflicciones y nuestro agobio. Gracias por aliviar nuestras tensiones e invitarnos a descansar en ti. Con gusto nos unimos a ti, porque contigo caminamos más libres y descansados. Ayúdanos a vivir con tu humildad de corazón y con ello ser más felices y disfrutar de esta vida, regalo tuyo. Ayúdanos a ser pacientes cormo tu y con ello vivir más en paz, disfrutando de una existencia plena que se prolonga eternamente en el tiempo, siempre de la mano tuya. Gracias, Señor.