Miércoles 8 de noviembre de 2023. San Godofredo

Lucas 14,25-33

Cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo

25 Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: 26 "Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. 28 ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? 29 No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: 30 "Este comenzó a edificar y no pudo terminar". 31 ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? 32 Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. 33 De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Reflexión.

La llamada de Jesús es exigente. ¿Qué cosas, personas o situaciones nos alejan de Dios y nos cuesta dejarlas? … ¿Dónde nuestros afectos nos llevan a apegarnos a cosas, personas o situaciones? … ¿Cuáles son esas cosas, esas personas o situaciones que se acercan más a los valores de este mundo que a los valores de Jesús? … ¿El dinero? … ¿la fama?  … ¿los honores? … ¿A qué tenemos que renunciar para seguir más efectivamente a Jesús?

Coloquio.

Ayúdanos, Señor, a desprendernos de los apegos que nos puedan impedir seguirte plenamente y con ello no llegar a ser discípulos tuyo. Acéptanos, Señor, nuestro amor hacia ti es lo primero. Amándote a ti, serviremos a nuestros padres, parejas, hijos, hijas, hermanos y hermanas. Todo lo que emprendamos estará basado en el amor que te tenemos, construiremos nuestra vida basada en ese amor y con ello todas las batallas que nos corresponda enfrentar serán tu victoria. Ese amor hacia ti nos permitirá cargar cualquier cruz que nos aparezca en la vida y nos animará a renunciar a toda pertenencia que pueda impedirnos seguirte fielmente. Que así sea.