Domingo 24 de marzo de 2024. Domingo de Ramos. San Oscar Romero

Marcos 15,1-39

Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios

1 En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.

2 Este lo interrogó: '¿Tú eres el rey de los judíos?'. Jesús le respondió: 'Tú lo dices'.

3 Los sumos sacerdotes multiplicaban las acusaciones contra él.

4 Pilato lo interrogó nuevamente: '¿No respondes nada? ¡Mira de todo lo que te acusan!.

5 Pero Jesús ya no respondió a nada más, y esto dejó muy admirado a Pilato.

6 En cada Fiesta, Pilato ponía en libertad a un preso, a elección del pueblo.

7 Había en la cárcel uno llamado Barrabás, arrestado con otros revoltosos que habían cometido un homicidio durante la sedición.

8 La multitud subió y comenzó a pedir el indulto acostumbrado.

9 Pilato les dijo: '¿Quieren que les ponga en libertad al rey de los judíos?.

10 El sabía, en efecto, que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia.

11 Pero los sumos sacerdotes incitaron a la multitud a pedir la libertad de Barrabás.

12 Pilato continuó diciendo: '¿Qué debo hacer, entonces, con el que ustedes llaman rey de los judíos?.

13 Ellos gritaron de nuevo: '¡Crucifícalo!.

14 Pilato les dijo: '¿Qué mal ha hecho?'. Pero ellos gritaban cada vez más fuerte: '¡Crucifícalo!.

15 Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.

16 Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia.

17 Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron.

18 Y comenzaron a saludarlo: '¡Salud, rey de los judíos!.

19 Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje.

20 Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo.

21 Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús.

22 Y condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa: 'lugar del Cráneo'.

23 Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó.

24 Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno.

25 Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron.

26 La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: 'El rey de los judíos'.

27 Con él crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

29 Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían: '¡Eh, tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, 30 sálvate a ti mismo y baja de la cruz!.

31 De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí: '¡Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo!

32 Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos!'. También lo insultaban los que habían sido crucificados con él.

33 Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde;34 y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: 'Eloi, Eloi, lamá sabactani', que significa: 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.

35 Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: 'Está llamando a Elías'.

36 Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña le dio de beber, diciendo: 'Vamos a ver si Elías viene a bajarlo'.

37 Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró.

38 El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo.

39 Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: '¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!.

Reflexión.

Contemplo la pasión de Nuestro Señor. Es Jesús de Nazareth, a quien seguimos, en quien confiamos. Y está allí en medio de tanto dolor, tanta injusticia. Dios Padre no interviene, sufre con su Hijo, pero la divinidad es como si se escondiera. Jesús en la cruz ... ¿Qué me puede decir hoy esta situación a mi, en mi vida corriente? … ¿Qué me puede decir en la vida de otros que sufren hoy cerca mío, otros Cristos que son crucificados a la vista mía? … ¿Quiénes? … ¿Qué siento ante eso? … Lo converso en oración con Jesús en la cruz. … ¿Cuál es la esperanza para mí y para ellos? … Ante Cristo sufriendo en la cruz, por traerme un mensaje de justicia y de amor, por traerme la buena noticia de que Dios por sobre todo es amor y que en lugar de la imagen de “todo poderoso” hay un Padre todo misericordioso. Ante ese Jesús que crucifican por ser solidario con nosotros y particularmente conmigo, me hago tres preguntas: 1) ¿Yo qué he hecho por Cristo? … en  mi vida … ¿qué he hecho en su nombre? … 2) ¿Qué estoy haciendo por Cristo? … ahora, concretamente … qué hago por El? … 3) ¿Qué puedo hacer por Cristo? … ¿con quienes? … ¿a quiénes? … que me nace hacer, cómo servir en nombre de nuestro Señor Jesucristo que muere en la cruz?. En oración le ofrezco mis intenciones que después pediré confirme en la semana santa que se inicia.

Coloquio.

Señor Jesús. Que contraste más grande entre tu entrada triunfal en Jerusalén, con palmas y ramos dándote la bienvenida y luego como todo juega en tu contra. Que angustia inmensa contemplarte en el camino de la cruz. Que dolor ante tu humanidad destrozada por las fuerzas del mal. Aquí estamos, Señor, un año más y tu sacrificio nos llega al alma. Con tu entrega se renueva nuestro compromiso con tu proyecto. Que ganas de decirte que no ha sido en vano y que nosotros seguiremos con tu proyecto. Pero nos caemos y te pedimos perdón. A veces somos como Pilatos que se lava las manos y pudiendo, no hace nada por salvar su puesto. O somos como Judas que tratamos de que salga adelante una forma que no es la tuya y terminó entregándote. ¿Cuántas veces hemos tratado de hacer las cosas a nuestra manera? ... O somos tan apasionados como Pedro, pero cuando las situaciones se complican, terminamos por negar ser uno de los tuyos y seguimos las tendencias de este mundo. Ayúdanos a ser como María, siempre disponible, silenciosa, humilde y que nunca te abandonó. Queremos imitarla en nuestros tiempos actuales. con tu ayuda lo lograremos. Gracias, Señor