Camino a  la cruz
Agotamiento

Oración Inicial.
Señor, en respuesta a tu infinito amor, te ofrezco este momento de oración. Que todo lo que reflexione, decida y planifique, esté solamente orientado a unirme a Ti y a vivir contigo, amando, perdonando y sirviendo en tu nombre. Que así sea.

Gracia a pedir.
Pedimos la gracia de que podamos acompañar a Jesús en su agotador trayecto a la cruz y ayudarle a cargar su cruz personificado en las persona que actualmente están cansados y agotados  

Texto Mateo 27,31-36

Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron de nuevo sus vestiduras y lo llevaron a crucificar.

Al salir, se encontraron con un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo obligaron a llevar la cruz.

Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota, que significa 'lugar del Cráneo',

le dieron de beber vino con hiel. El lo probó, pero no quiso tomarlo.

Después de crucificarlo, los soldados sortearon sus vestiduras y se las repartieron;

y sentándose allí, se quedaron para custodiarlo.

Contemplación

Ahora nos encontramos con la imaginación por las calles de Jerusalén. Son angostas y hay mucha gente circulando, pues es la fiesta de la Pascua. Se siente un murmullo general en el ambiente como telón de fondo. Son los peregrinos de Pascua que llenan la ciudad y conversan, comentan. El día está soleado, aunque hay ciertas nubes en el horizonte. La temperatura es agradable en el inicio de la primavera.

A lo lejos se nota un gentío y un alboroto que llenan la estrecha calle. Es Jesús que viene cargando la cruz y muchos curiosos se detienen a observarlo. Otros lo van siguiendo. Unos soldados romanos encabezan el grupo y despejan el camino. Algunos gritan, pero la mayoría observa en silencio.

Jesús va destruido, es muy extraño que pueda arrastrar el pesado madero. … De hecho, cae de bruces cada cierto trecho y allí aprovecha para recuperar algo de energías que ya no le quedan. … El sacrificio es máximo. … La tortura ha sido y sigue siendo atroz.

El camino es largo, deben ser unos 2.000 pasos desde el pretorio hasta el Gólgota. Cada uno es todo un sacrificio. Al contemplar lo cansado y herido que va, lo más probable es que no llegue. Se va a morir en el camino, … no llegará.

Jesús camina con la cruz mirando hacia el suelo. … De vez en cuando levanta la mirada hacia los lados, al gentío que lo sigue. … Las imágenes son borrosas, entre el sudor, la sangre y el aturdimiento que le afecta no distingue detalles. … Tiene mucha sed y la respiración es angustiosa.

Se cae una vez más. Queda en el suelo, tratan de que siga. Pero en realidad no es posible. Con suerte podría llegar caminando. … Pero con el madero a cuesta no es posible. … Allí está en el suelo, no intenta ponerse en pie….  No puede.

Uno de los soldados se dirige a uno de los que estaban allí mirando y le ordena que tome la cruz de Jesús. … Vemos como se sorprende, al principio se niega instintivamente, pero luego de ver como estaba Jesús, se agacha y toma el madero del patíbulo. … Por cierto, nos hubiera gustado nos lo hayan pedido a nosotros. … Que privilegio el de Simón de aliviar parte del sacrificio de Jesús.

Levantan a Jesús del suelo y la caravana vuelve a moverse hacia el exterior de la ciudad donde está el lugar de la crucifixión.

Nos imaginamos que, dentro de todo el dolor y el sufrimiento, Jesús no deja de estar en profunda comunicación con el Padre Dios. Le da gracias y bendice a Simón de Cirene. Le expresa con honestidad lo cansado que se encuentra: “Esto es insoportable, Padre. … Pensar que tantos han sufrido este mismo flagelo, solo viviéndolo es posible comprender el sufrimiento de algunos. … El dolor físico, sicológico y espiritual es agotador, Padre. … Dame fuerzas para poder llegar hasta el final. … Con tu ayuda, podré. … No te pido que apartes de mi este cáliz amargo. … Aunque es lo que quiero, entiendo que es necesario sufrir, como lo hacen muchos, las consecuencias de la maldad. … Solo te pido sentirte cerca, que no has dejado de amarme profundamente y tener las mínimas fuerzas para llegar al final.

Y el Padre le concedió su petición. Con el apoyo de Simón que cargó con su cruz, Jesús se pone nuevamente de pie y lo vemos avanzar rengueando, arrastrando los pies, porque apenas tiene energías para avanzar. Pero lentamente, paso a paso, se acerca al lugar donde será levantado en la cruz. Y allí será el fin de esta etapa de su peregrinar. Llega cansado, llega agotado, llega sin fuerzas, pero llega y se dispone a entregar su último hálito de vida, en una cruz, en una imagen que perdurará por los siglos de los siglos.

Jesús levantado en una cruz.

Reflexión.

Luego de contemplar el agotamiento y el cansancio de Jesús en el calvario, meditamos sobre nuestros cansancios, nuestros agotamientos. Jesús peregrino por la vía dolorosa le entrega al Padre su cansancio. El mismo nos decía hace un tiempo “Vengan a mi todos los que están cansados y agotados”. Ahora es él quien acude al Padre para refugiarse de su falta de fuerza y energía.

¿Estamos ahora cansados? … ¿La vida transcurre más rápido que lo quisiéramos? … ¿Qué cosas, situaciones o personas nos producen cansancio? … Identifiquemos las fuentes de nuestro cansancio. …  ¿Quiénes influyen?, … ¿qué actividades nos lo provocan? …

Démonos unos minutos para identificar y tomar conciencia de qué es lo que nos cansa, qué es lo que nos agota. … Hagamos nuevamente silencio y pongamos toda la atención en ello. … Contemplemos y percibamos nuestra humanidad cansada y agotada

Jesús, en los momentos que ya no podía seguir recibió la ayuda terrena de Simón y la ayuda divina del Padre que le animó y acompañó. Traigamos a nuestra oración a nuestros Simones. … ¿Quiénes, de una u otra forma han sido parte de los alivios de nuestros cansancios? … ¿Quiénes nos han ayudado a cargar con nuestras cruces? … En silencio pronunciamos sus nombres, se los presentamos al Señor para que los bendiga a todos aquellos que nos han ayudado a avanzar pese a nuestros sufrimientos.

Finalmente, Jesús le pidió al Padre le diera fuerza para terminar con su misión. El sacrificio que estaba sufriendo no sería en vano, tenía un objetivo claro, del cual toda la Creación sería beneficiada. Con todo lo que estaba sufriendo el mensaje de amor, la propuesta de una vida centrada en el perdón y el servicio quedaría sellado. La maldad y el pecado quedan desenmascarados y los que más sufren por ello, encontrarán en Jesús un referente válido porque él sufrió primero.

Ofrezcamos también nuestros sufrimientos al Padre para que los bendiga y que den frutos. Evitemos aquellos estériles, los que no producen frutos y acojamos con fe aquellos que tienen sentido y les servirán a otros. … Pidámosle nos ayude a sobrellevarlos y a transformarlos para que sean fructíferos siguiendo la huella del sufrimiento de Jesús que hasta el día de hoy nos ayuda a vivir mejor y más plenamente.

Coloquio.

Conversemos con Jesús, animémosle, comentémosle nuestra disposición a ser Simones de Cirene actuales para los cristos actuales que les cuesta cargar con sus pesadas cruces.