Salmo 67(66),2-3.5-6.8
"Que Dios nos Bendiga y Todos los Pueblos lo Alaben"
“2 ¡Que Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga, que haga brillar su rostro sobre nosotros! Pausa 3 Para que en la tierra se conozca su Camino, y su victoria entre las naciones... 5 ¡Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra! Pausa 6 ¡Que los pueblos te den gracias, oh Dios, que todos los pueblos te den gracias!... 8 ¡Que Dios nos bendiga y lo teman todos los confines de la tierra!”
Contexto
El Salmo 67 es un salmo de acción de gracias y una súplica por la bendición divina, pero con una perspectiva marcadamente universalista y misionera. Se cree que pudo haber sido utilizado en festividades relacionadas con la cosecha, donde se agradecía a Dios por su providencia. El salmista pide la bendición de Dios sobre Israel no como un fin en sí mismo, sino para que, a través de la prosperidad y el favor divino mostrado a su pueblo, todas las naciones de la tierra puedan conocer el Camino de Dios, su salvación (victoria), y unirse a la alabanza.
Tema Central
El tema central es la interconexión entre la bendición de Dios a su pueblo y la revelación de su salvación a todas las naciones. La piedad, la bendición y la luz del rostro de Dios sobre Israel tienen un propósito misionero: que el Camino y la victoria de Dios sean conocidos universalmente, llevando a todas las naciones a la alegría, la alabanza y el temor reverente del Señor, reconociendo su gobierno justo.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos ofrece una perspectiva hermosa y desafiante sobre el propósito de las bendiciones que recibimos de Dios:
La Bendición con Propósito Misionero: "¡Que Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga... Para que en la tierra se conozca su Camino!". Las bendiciones de Dios (salud, familia, trabajo, dones espirituales, etc.) no son solo para nuestro disfrute personal o para acumularlas egoístamente. Tienen una dimensión más amplia: están destinadas a ser un testimonio para que otros puedan ver la bondad de Dios y ser atraídos hacia Él. Nuestras vidas bendecidas deben irradiar la luz de Dios para que su "Camino" (su forma de actuar, sus enseñanzas, su plan de salvación) sea conocido por quienes nos rodean.
Alegría Universal por el Gobierno Justo de Dios: "¡Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra!". La esperanza del salmista es que todas las naciones experimenten el gozo de estar bajo el gobierno justo y la guía amorosa de Dios. Esto nos llama a desear y trabajar para que la justicia de Dios se manifieste en todas las estructuras sociales y entre todos los pueblos, sabiendo que esto es fuente de verdadera alegría.
Alabanza Inclusiva: "¡Que los pueblos te den gracias, oh Dios, que todos los pueblos te den gracias!". El corazón de Dios es universal, y su deseo es que todos los pueblos, sin excepción, se unan en la alabanza. Esto nos desafía a superar cualquier exclusivismo en nuestra fe y a fomentar un espíritu de acogida y de compartir la Buena Noticia con personas de todas las culturas y orígenes.
El Temor Reverente que Conduce a la Bendición: "¡Que Dios nos bendiga y lo teman todos los confines de la tierra!". El "temor de Dios" aquí no es un miedo servil, sino un profundo respeto, reverencia y reconocimiento de su santidad y soberanía. Cuando todas las naciones reconocen y honran a Dios, se abren a recibir también su bendición.
Este salmo nos invita a ser conscientes de que somos bendecidos para bendecir, y que nuestra vida de fe tiene una vocación misionera intrínseca: manifestar el amor y la justicia de Dios para que todos los pueblos puedan conocerlo, alabarlo y encontrar en Él su alegría y salvación.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera las bendiciones que he recibido en mi vida (grandes o pequeñas) pueden ser un medio para que otros "conozcan el Camino de Dios"?
¿Cómo puedo contribuir a que haya más "alegría entre las naciones" promoviendo la justicia de Dios en mi entorno y en el mundo?
¿Mi forma de vivir y compartir mi fe refleja un deseo genuino de que "todos los pueblos den gracias a Dios", o tiendo a ser exclusivo/a en mi visión?
¿Qué significa para mí "temer al Señor" de una manera que me abra a su bendición y me impulse a compartirla con "todos los confines de la tierra"?
Oración
Oh Dios, ten piedad de nosotros y bendícenos; haz brillar tu rostro sobre nosotros. Que así se conozca en la tierra tu Camino y tu victoria salvadora entre todas las naciones. Que los pueblos te den gracias, que todos los pueblos te alaben con alegría, porque Tú gobiernas con justicia y guías a las naciones de la tierra. Bendícenos, Señor, y que todos los confines de la tierra te teman y te reconozcan como el único Dios verdadero. Amén.