Reflexión.

Jesús nos promete una gran recompensa en esta vida … Recordemos cuando hemos logrado vencer nuestros egoísmos y hemos logrado compartir algo de lo nuestro. Recordemos esa sonrisa agradecida … ese abrazo o ese apretón de manos … Recodemos la expresión de esa persona a quien pudimos ayudar. … Recordemos su felicidad … ¿Quiénes? … familia (padres, hijos, hermanos...) … amigos cercanos … gente desconocida … Recordemos sus rostros … su mirada feliz… ¿No es grande la recompensa en la tierra?

Coloquio.

Señor Jesús, queremos poder decir como Pedro que lo hemos dejado todo para seguirte. Pero en la práctica a muchos nos cuesta dejar algunas cosas, situaciones o personas. Ayúdanos, Señor a leer bien lo que nos quieres pedir. Ayúdanos a discernir que retener y que dejar según nos conduzca más a Ti y al proyecto del reino del Padre. No nos interesa, Señor ser primeros o últimos. Nuestro deseo profundo es poder gozar de la Vida Eterna, desde ahora y por siempre, contigo, Señor.