Domingo 28 de abril de 2024. Quinto Domingo de Pascua. San Luis María Grignon

Juan 15,1-8

Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto.

 1 Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. 2 Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. 3 Ustedes ya están limpios  por la palabra que yo les anuncié.  4 Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. 5 Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. 6 Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. 7 Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. 8 La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos

Reflexión.

¿Qué frutos sentimos que hemos dado en nuestra vida el último tiempo? … ¿Cómo se notan? … ¿Con quienes hemos dado los frutos a que se refiere Jesús? … Recorramos nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros … ¿dónde hemos dado frutos?... ¿Ha sido por gracia personal? … ¿Cuánto ha ayudado nuestra fe? … ¿De qué forma sentimos que nuestra acción es inspirada por Jesús y su mensaje evangélico?

Coloquio.

Señor Jesús, Gracias por anunciarnos tu palabra que nos invita a una vida plena que da los frutos abundantes que el Padre desea. Ayúdanos, Señor a permanecer siempre junto a ti para dar muchos frutos, para afianzar siempre y más tu mensaje y llevarlo a la práctica. Junto a ti podremos construir un mundo mejor, fraterno, justo y solidario, en que juntos nos ayudemos para superar las crisis que nos ha tocado vivir. Juntos en comunidad, contigo en el centro, saldremos de esta pandemia que nos ha inmovilizado. Juntos compartiendo solidariamente podremos vencer la crisis económica que tiene a tantos con carencias de lo más básico. Juntos buscando el bien común lograremos crear relaciones sociales justas y dignas para superar la crisis social que vivimos. Juntos, con mayor conciencia de que nuestro mundo es de todos y lo compartimos entre todos, cultivaremos el cuidado de la casa común donde habitamos y podremos ir restaurando el equilibrio ecológico que tanto necesitamos y finalmente, juntos, como comunidad, centrándonos en ti, Señor Jesús, podremos reconstruir nuestra Iglesia que ha sido quebrada por quienes desde nuestro interior se han apartado de Ti y han obrado dañando a tantos. Por nuestras obras nos reconocerán y contigo volveremos a ser una comunidad confiable y un referente de como vivir en plenitud. Gracias, Señor por acogernos y permitirnos crecer contigo. Amén