Domingo 19 de junio de 2022. Cuerpo y Sangre de Cristo. San Romualdo.

Lucas 9,11b-17

Comieron todos y se saciaron

11 Pero la multitud se dio cuenta y lo siguió. Él los recibió, les habló del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser curados. 12 Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: "Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto". 13 Él les respondió: "Denles de comer ustedes mismos". Pero ellos dijeron: "No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente". 14 Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: "Háganlos sentar en grupos de cincuenta". 15 Y ellos hicieron sentar a todos. 16 Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud. 17 Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.

Reflexión.

¿Qué podemos tener nosotros para compartir? … ¿Nos entusiasma la idea de que solidariamente a nadie le falte? … ¿Cómo empezar este camino para hacer realidad este milagro hoy … en nuestro hogar, … en nuestro barrio, … en nuestra comunidad, … en nuestra ciudad, en nuestro país, … en el mundo?

Coloquio.

Señor Jesús, Tanta necesidad, tantos que le falta tanto. Tu nos pides que nos hagamos responsable nosotros, que no los enviemos a que cada uno encuentre su albergue y su alimento. Que les demos nosotros de comer. Aquí están nuestros cinco panes y dos peces. Nuestro tiempo, nuestra libertad, nuestra voluntad, nuestra fuerza e inteligencia. Bendícelos, Señor, para con ellos ayudar a tantos que necesitan de nuestra solidaridad y amor fraterno. Contigo lo lograremos y este mundo, done reina el rencor, la injusticia y el individualismo, se irá transformando en el Reino del compartir, del perdonar y del servirnos los unos a los otros. Y así, paso a paso con el amor que nos enseñas se irá transformando en el Reino soñado de Dios. Amén.