Viernes 22 de Julio de 2022. Santa María Magdalena

Juan 20.1-3 , 11-18

Mujer, ¿por qué lloras?

1 El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. 2 Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". 3 Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. 11 María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro 12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. 13 Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?". María respondió: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto". 14 Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. 15 Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo". 16 Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "¡Raboní!", es decir, "¡Maestro!". 17 Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: "Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes"". 18 María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.

Reflexión.

¿Cuántas veces hemos estado buscado a Jesús en templos y capillas y El se encontraba en realidad junto a nosotros en otro lado? … Recordemos aquellas ocasiones …¿en quienes nos hemos dado cuenta que Jesús se nos aparece en nuestra vida? … ¿Qué personas con su vida, con su palabra, con su compañía, son verdaderas apariciones del Señor en nuestra vida?.

Coloquio.

Jesús, Maestro, Raboní. Nos unimos a María Magdalena, para anunciar a todos que has resucitado, que eres el Hijo del Padre enviado a nosotros para comunicarnos un mensaje divino. Que tu Padre es nuestro Padre, que nos ama y perdona infinitamente. Que te vuelves a reunir con el Padre y que nos llenemos de alegría y gozo porque tu proyecto es el proyecto de Dios. Por lo que trabajar por el Reino que tu nos enseñaste es trabajar por hacer la voluntad de Dios. Gracias, señor, por permitirnos ser mensajeros de tan buena noticia. Que todos sepan que un nuevo mundo es posible. Que un mundo fraterno y solidario es factible porque Dios lo quiere así. Que una sociedad donde reine la justicia y la misericordia, sin odios ni rencores es posible de construir, porque contamos con la ayuda de Dios para ello. Gracias, Señor, nos ponemos en campaña para que todo eso sea una realidad pronto y globalmente. Amén