Lunes 1 de agosto de 2022. San Pedro Faber

Mateo 14,13-21

Denles ustedes de comer

13 Al enterarse de eso, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie. 14 Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos. 15 Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos". 16 Pero Jesús les dijo: "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos". 17 Ellos respondieron: "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados". 18 "Tráiganmelos aquí", les dijo. 19 Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. 20 Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. 21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Reflexión.

Observo a mi alrededor, … En mi familia, en mis amigos, en mis compañeros de comunidad, en mi trabajo o estudio, en el mundo … ¿Veo personas que me buscan, que me piden ayuda? … ¿Cómo se nota que siento compasión por ellos? ... ¿De qué tienen hambre? … no solo de falta de comida … también de otros tipos de carencias … ¿Qué acto de solidaridad podría calmar su hambre? ... ¿Que puedo hacer yo, ... en concreto, ... por ellos?

Coloquio.

Jesús. También hoy son muchos los que necesitan ser curados. Son muchos los que padecen enfermedades del cuerpo, del alma y de convivencia social. Son muchos los que acudirían hoy también para recibir de tu sanación. Una gran multitud que necesita satisfacer sus necesidades básicas. Y tu nos pides que nosotros les demos de comer. Con nuestros escasos recursos, nos pides que los alimentemos. Cinco panes y dos peces tenían en ese época. Para ayudar a tantos hoy, se requiere mucho más que eso. Te ofrecemos, Señor, nuestra fe, nuestra voluntad de servir, nuestro tiempo, lo que tu nos has enseñado, nuestra libertad, nuestra historia personal, nuestras capacidades intelectuales y todo lo que poseemos. Todo ellos ha sido regalo tuyo. Lo ponemos a disposición de tu proyecto del Reino. Bendícelos, Señor con tu amor y lo repartimos entre todos. Con tu bendición, seguro que alcanza y sobra para que construyamos un mundo solidario y fraterno donde reine la justicia y la misericordia y todos seamos saciados. Amén