Jueves 30 de mayo de 2024. Santa Juana de Arco

Marcos 10,46-52

"¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!".

46 Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo –Bartimeo, un mendigo ciego– estaba sentado junto al camino. 47 Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!". 48 Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!". 49 Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron:"¡Ánimo, levántate! Él te llama". 50 Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. 51 Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". Él le respondió: "Maestro, que yo pueda ver". 52 Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

Reflexión.

Contemplo la escena  … la cara del ciego … su reacción  … ¿qué sentía?

Imagino que ahora Jesús dirige su mirada directamente hacia mi… Me quedo un rato contemplando la mirada de Jesús …  imagino que ahora me pregunta a mí: ¿Qué quieres que haga por ti? ….   ¿Qué le respondo? … ¿Qué necesito? … ¿Qué me haría feliz, hoy? … ¿qué cambiaría mi vida? … o simplemente que es lo que me basta como regalo del Señor …  Medito  la oración de San Ignacio, especialmente  su  última línea

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento

y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer.

Tu me lo diste; a Ti, Señor, lo torno; todo es tuyo.

Dispón de mí según tu voluntad. 

Dame tu amor y gracia, que esto me basta.

Coloquio.

Igual que Bartimeo nuestro clamor de hoy y siempre es que sientas compasión por nosotros, aunque no lo merezcamos porque somos pecadores. Gritamos hoy más fuerte aún “Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de nosotros. Que tu divinidad, siempre pendiente de nuestra necesidad se apiade y nos acojas como hijos del Padre, hermanos tuyos, Señor Jesús. Te damos gracias porque detienes tu camino para preguntarnos por nuestras necesidades. Por lo que queremos que tu hagas por nosotros. ¿Qué queremos? … Lo máximo queremos. Todas las cosas materiales, todo lo que poseemos no nos importa. Queremos sentir tu amor y estar en tu gracia. Esos Señor nos da plenitud de vida. El resto ha sido un regalo tuyo que podemos avanzar sin ellos porque son pasajeros. TU amor y tu gracia son eternos. Eso, Señor es como la vista de Bartimeo. Gracias por concedérnoslo. Gracias, Señor