Miércoles 2 de noviembre de 2022. Fieles Difuntos

Marcos 15. 33-39, 16. 1-6

Jesús, dando un fuerte grito, expiró

33 Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; 34 y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: "Eloi, Eloi, lamá sabactani", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". 35 Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: "Está llamando a Elías". 36 Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: "Vamos a ver si Elías viene a bajarlo". 37 Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró. 38 El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. 39 Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: "¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!". 1 Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. 2 A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. 3 Y decían entre ellas: "¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?". 4 Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. 5 Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, 6 pero él les dijo: "No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto

Reflexión.

Recordemos hoy a nuestros difuntos queridos … pronunciemos sus nombres … sus apodos … como les llamábamos cariñosamente … sus rostros … sus gestos … familiares cercanos y lejanos, … amigos y amigas … con quienes vivimos tanto y su partida nos dejó con melancolía, con tristeza … Es que ya no están junto a nosotros … La Buena Noticia de hoy es que … ¡no han muerto! … ya no están en su cuerpo físico … ¡pero están vivos! … en alguna parte … de algún modo … … ¿qué sentimos? … nos comunicamos con ellos … con el pensamiento, con el corazón … le contamos cuanto les queremos, cuanto les extrañamos … Están vivos … todos … en otro vida … Fue la promesa de Jesús y de su evangelio … demos gracias a Dios por ello.

Coloquio.

Señor, dentro de la melancolía de no tener físicamente a nuestros queridos difuntos con su mirada, sus sonrisas, sus expresiones de vida tan particulares, nos llega la esperanza de que en realidad no han muerto. Han resucitado igual que Tu, Jesús. Han experimentado que tu promesa es una realidad. Existe la vida eterna. Gracias por anunciárnoslo y recordárnoslo siempre. Ellos y ellas están contigo y con nosotros. Los recordamos con cariño. Ayúdanos, Señor a acompañar hoy a los que se preparan para dar el paso hacia la otra vida. Ayúdanos a llevarles paz y esperanza, a los enfermos, a los ancianos y a los heridos. No morirán, su existencia se prolongará por siempre y nosotros estaremos siempre con ellos. Amén