Martes 11 de abril de 2023. Octava de Pascua. San Estanislao

Juan 20. 11-18

He visto al Señor

11 María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro 12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. 13 Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?". María respondió: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto". 14 Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. 15 Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo". 16 Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "¡Raboní!", es decir, "¡Maestro!". 17 Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: "Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes"". 18 María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras. 

Reflexión.

Contemplemos la escena... a María desconsolada, ... su tristeza ante la ausencia de Jesús. ... su desolación, lejos de su Señor. ... cómo Jesús se hace visible ante ella... su rostro, su mirada llena de alegría. ... el Señor está allí la llama por su nombre... y le da un encargo, le pide algo ....

Recordemos  aquellas  veces que nos hemos desolado en nuestras  vidas. ... Cuando Jesús parecía no estar, o muy lejano. Cuando no entendíamos porqué nos pasaban ciertas cosas.  Recordemos también nuestros re encuentros. ... Cuando Jesús nos ha llamado por nuestro  nombre. Cuando lo hemos sentido cerca … esa oración … ese retiro … esa jornada … esa experiencia especial en que le hemos sentido presente.  Recordemos nuestros sentimientos que llenaron nuestro corazón. Eran  similares a los de María Magdalena.  … Pasamos de la desolación a la consolación. De vivir con Dios muerto a tenerlo allí presente, resucitado. ... Damos gracias al Señor por ayudarnos a salir de la desolación … por aparecerse en nuestras vidas … Jesús le dio un encargo personal a María que tenía que ver con el resto … ¿qué sentimos nos pudiera pedir a nosotros?  … ¿a quienes contarles que Jesús resucitado quiere también aparecerse en sus vidas? … Pensemos en nuestros seres queridos, en quienes son conocidos nuestros, en quienes necesitan comprobar que hay una Buena Noticia que les alegrará sus vidas .. ¿quiénes? … ¿con quienes Jesús se querrá juntar y aparecerse resucitado en sus vidas?


Coloquio.

Señor Jesús, vivimos tiempos difíciles. Crisis de todo tipo nos complican la vida y la de nuestros hermanas y hermanas. En medio de esa desolación, te buscamos y no te encontramos. ¿Dónde estás? ... Como María Magdalena andamos en tu búsqueda. Preguntamos por ti para que ilumines nuestra desolación, para poder vivir con tu presencia en nuestras vidas, Y estás presente donde menos pensamos. Siempre estás con nosotros, en esa mano tendida, en esa palabra de aliento, en ese niño que ríe, en ese pobre que agradece. Estás presente en cada rincón de nuestra vida y no te habíamos reconocido. Gracias, Señor, por aparecerte resucitado entre nosotros. Gracias por no abandonarnos nunca, aunque a veces nos pareciera que no estás. Gracias, Señor.