Sábado 6 de agosto de 2022. Transfiguración del Señor

Lucas 9,28b-36

Este es mi Hijo, el escogido. ¡Escúchenlo!

Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. 29 Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. 30 Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, 31 que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén. 32 Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. 33 Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Él no sabía lo que decía. 34 Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. 35 Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: "Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo". 36 Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto.-

Reflexión.

Contemplemos la escena … Nosotros también estamos allí junto a Pedro, Santiago y Juan … Contemplemos a Jesús en su gloria, resplandeciente … Escuchemos la voz del Padre invitándonos a escuchar a Jesús. ¿Qué sentimos? … Conversemos con Jesús sobre lo que nos provoca esta escena … ¿A qué nos sentimos llamados? … ¿Cómo responder a ese llamado? … ¿Cómo avanzar?

Coloquio.

Jesús, amigo, eres tan humano, eres nuestro amigo y nuestro guía. Pero al mismo tiempo eres tan divino. Te contemplamos como resplandece tu divinidad. Escuchamos a nuestro Padre Dios revelándonos tu esencia. Eres la segunda persona de la Trinidad. Eres Dios mismo hecho hombre. Eres el elegido para transmitirnos la voluntad del Padre Dios. Te escuchamos y te seguimos, Señor. Estamos contigo en la paz de tu presencia divina y estamos contigo para colaborar en la construcción del Reino. Amén.