Viernes 8 de Julio de 2022. San Eugenio

Mateo 10.16-23

No hablarán ustedes sino el Espíritu

16 Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. 17 Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus sinagogas. 18 A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. 19 Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, 20 porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. 21 El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. 22 Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. 23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.

Reflexión.

Recordemos aquellos momentos en que por actuar con fe nos pudimos haber metido en problemas. ... ¿Y ahora, en qué debemos ser precavidos? ... ¿En qué debemos ser audaces?... ¿Cómo se refleja esa sencillez de nuestra acción?... Elevemos una oración pidiendo la acción del Espíritu del Señor en los momentos difíciles y por aquellos que hoy la están pasando mal por ser consecuentes con sus valores cristianos. ... Por ellos y por nosotros, roguemos al Señor.

Coloquio.

Nos adviertes, Señor, que por proclamar y llevar cabo tus valores, seremos perseguidos y castigados por la sociedad del maligno. Nos invitas a no desfallecer, a que no nos dejemos vencer por quienes son agentes del resentimiento y del odio. Que la paz y la justicia que son tu legado, venzan a la violencia y la iniquidad. Que el perdón y la solidaridad sean más que la condena y la hostilidad. Confiamos, Señor, que tu y tu Espíritu siempre nos acompañarán, cuando seamos injustamente acusados por quienes intentarán acallarnos e inmovilizarnos en nuestra labor de anunciar el Reino de Dios. Amén