Reflexión.

¿cómo cumplimos hoy con la misión que Jesús nos pide? … ¿a quienes les hemos presentado a Jesús, haciéndolos sus discípulos? … ¿a quienes hemos incorporado al trabajo por hacer de este mundo el Reino del Padre? … Jesús nos promete que Dios no nos abandona nunca y que su Espíritu nos acompañará por siempre y el Padre nos ama incondicionalmente. Es la Santísima Trinidad actuando en nuestra vida … Meditemos sobre esto … ¿qué sentimos? … ¿qué podemos decirle al Padre en oración? … ¿y al Hijo? … ¿y a su Santo Espíritu? 

Coloquio.

Te damos gracias, Señor, por confiar en nosotros y enviarnos con la misión de ir por todos los pueblos de la tierra llevando tu palabra y tu propuesta de una forma de vivir y de relacionarnos basada en el amor y el perdón, en la solidaridad y la justicia, en preocuparnos preferentemente por los más débiles, incorporándolos en nuestra comunidad en tu nombre, tu que eres comunidad trina de amor, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.