Lunes 31 de octubre de 2022. San Alonso

Lucas 14,12-14

No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados

Sucedió que un sábado Jesús fue a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos lo estaban espiando. Dijo también al hombre que lo había invitado: —Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque ellos, a su vez, te invitarán, y así quedarás ya recompensado. Al contrario, cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos; y serás feliz. Pues ellos no te pueden pagar, pero tú tendrás tu recompensa el día en que los justos resuciten.

Reflexión.

Contemplo mi vida. ¿A quienes dedico mi tiempo? … ¿A quienes sirvo más? … ¿Cuáles son las personas hacia quienes va dirigida mi acción? … ¿Pueden esas personas retribuir de alguna forma mi servicio? … (en la casa, en el barrio, en el trabajo, en los estudios, etc.) ¿A quienes podría servir gratuitamente? … ¿Quiénes no tienen como retribuir mi trabajo? … ¿porqué no dedicarle tiempo y esfuerzo a ellos aunque no sea “rentable”? … ¿por donde empezar? … ¿A quienes servir con más ganas?

Coloquio.

Ayúdanos Señor a compartir lo nuestro, nuestros banquetes con quienes más necesitan de nosotros. Que al invitar no busquemos la recompensa, sino que el bien de ellos y ellas. Que nuestros banquetes, nuestra vida compartida, sea con los que más lo necesitan y no con quienes nosotros más necesitemos. Amén