Domingo 18 de diciembre de 2022. Cuarto Domingo De Adviento. N. Sra. De la Esperanza
Domingo 18 de diciembre de 2022. Cuarto Domingo De Adviento. N. Sra. De la Esperanza
Mateo 1,18-24
Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David
18 Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. 19 José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. 20 Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. 21 Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". 22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: 23 La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". 24 Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
Reflexión.
Observemos a José, … su amor por María. … ¿Cuándo nos ha tocado a nosotros actuar con discreción por amor? … Nos ponemos en el lugar de José. … ¿qué habríamos hecho? … ¿Cómo habríamos reaccionado? … ¿A quiénes estamos llamados(as) a acoger para que no sean enjuiciados injustamente? … ¿Quiénes dependen de nosotros y si los acogemos se librarán de pasarla mal? … Pensemos en nuestros hijos, en nuestros hermanos, en nuestros padres, en nuestros amigos más cercanos.
Coloquio.
Señor, ayúdanos a inspirarnos en la figura de José, quien asume la tremenda responsabilidad de liderar la sagrada familia. Ayúdanos a dejarnos guiar por Ti para actuar en nuestras vidas. Que sepamos confiar en Ti cuando algo no entendemos. Que actuemos de acuerdo a tu voluntad y no la nuestra. Ayúdanos a proteger a los inocentes, especialmente cuando pueden estar siendo juzgados injustamente. Sobre todo, ayúdanos a que todas nuestras decisiones estén inspiradas en la caridad y el perdón. Ello nos hará más imagen y semejanza tuya que eres todo amor y misericordia. José era un hombre santo por ello. Cuando no entendió el embarazo de María, se dejó guiar por la voluntad de Dios, la protegió porque era justo hacerlo y porque la amaba mucho. Ayúdanos, Señor, a imitarlo y proteger a quienes nos rodean, nuestros familiares, amigos y especialmente los más débiles. Porque es justo que así sea, porque tu los amas, son tus hijos e hijas. Ayúdanos a estar dispuestos a servirlos y cuidarlos porque Tu así lo quieres. Amén